30-Ambrosio

30-Ambrosio

El título de este episodio es simplemente à “Ambrosio” y una vez que aprendamos un poco mas sobre él, veremos que el título es suficiente.

Porque Ambrosio fue una de las figuras más interesantes de la Historia de la Iglesia, un ángulo en el cual el curso de la fe cambio.

Nacido en 340, Ambrosio era el segundo hijo de Ambrosio, el gobernador imperial de Galia y parte de una antigua familia romana, que incluía el famoso Marco Aurelio. No mucho después de Aurelio y su hijo desastroso y heredero Cómodo, la familia se convirtio al Cristianismo y hubo varios mártires notables entre ellos. Ambrosio nació en Tréveris, la capital imperial de la Galia. Siendo todavía un niño, el padre de Ambrosio murió, y fue llevado a Roma para ser criado. Su infancia la pasó en compañía de muchos miembros del clero, cristianos religiosos de una fe sincera con una sólida comprensión de los desafíos teológicos de la Iglesia de ese día; temas que conocemos bien porque hemos pasado los últimos episodios hablando de ellos; como, la controversia Cristológica que empezó como tormenta primero alrededor de Arrío, y continuo como huracán sangriento entre Cirilo & Nestóreo.

Ahora sería un buen momento para poner unas marcas en la línea de tiempo para que podamos tener una idea de lo que estaba sucediendo cuando Ambrosio estaba creciendo. Donato era el Obispo de Cartago. Los Padres Capadocios, Basilio y los 2 Gregorios estaban afinando el lenguaje adecuado para entender la Trinidad. Atanasio tuvo una larga carrera como el defensor principal de la Ortodoxia Bíblica. Cuando Ambrosio tenia 16 años, el famoso Padre del Desierto Antonio de Egipto murió. Los Godos corrían desenfrenados en el norte de Europa, causando gran consternación en el Imperio Romano. Cuando Ambrosio tuvo 38 años los Godos derrotaron a los Romanos en la Batalla de Andrinópolis en una derrota tan total que el Emperador Valen fue muerto.

Durante la vida de Ambrosio, el Papa Dámaso, gobernaba la Iglesia en Roma. Jerónimo se estaba mudando a Belén para completar la Vulgata. Juan Crisóstomo empezó a servir como Patriarca de Constantinopla. Claramente, muchas cosas de gran importancia estaban sucediendo durante la vida de Ambrosio.

Cuando cumplió 30, Ambrosio, con su base en la capital en Milán, se convirtió en gobernador de todo el Noroeste de Italia. Él tenía a su cargo la responsabilidad para oficiar en las controversias de la Iglesia. Este fue en un tiempo cuando los creyentes de Nicea y los Arrianos estaban en guerra unos con otros; una guerra, que no se luchaba con armas sino con palabras. Ambrosio no era amigo de los Arrianos, pero era tan justo y visto en tan alta estima, que ambos lados lo apoyaban en su rol como gobernador. Cuando el obispo Arriano de Milán murió, Ambrosio asistió a la reunión para elegir a su sustituto, esperando que su presencia pudiera impedir la violencia. Para su sorpresa, ambos lados gritaron que su deseo era que él fuera el reemplazo.

Ambrosio no quiso. Le iba muy bien como líder político. Siguiendo la práctica de muchos en ese momento, todavía ni siquiera había sido bautizado. Pero la gente le escribió al Emperador Valentiniano, solicitando su aprobación de su selección. Ambrosio fue puesto bajo arresto hasta que accedió a servir como el nuevo obispo de Milán.

Ahora bien, si los Arrianos tenían la esperanza de ganar favores por su apoyo por Ambrosio como obispo, fueron destinados a ser decepcionados. Su nuevo obispo contribuyó a definir el significado de lo que significaba la palabra “Ortodoxo”. Él pronto empezó a tratar el problema de los Arrianos y se negó a entregarles un lugar donde ellos se pudieran reunir. Escribió varias obras en contra de ellos que pasaron a ser determinantes para finalmente poner fin al Arrianismo.

Entrenado en la retórica y la ley, y habiendo estudiado Griego, Ambrosio fue conocido por su conocimiento de los eruditos griegos, cristianos y paganos. Además de Filó, Orígenes, y Basilio de Cesárea, citó al neoplatónico Plotino en sus sermones. Fue ampliamente considerado como un excelente predicador.

En muchos de sus mensajes, Ambrosio, expuso sobre las virtudes del ascetismo. Fue tan persuasivo que a veces las familias nobles les prohibían a sus hijas que asistieran a sus servicios, temiendo que cambiaran su estatus de disponible para matrimonio con un potencial el dote de la novia, por la vida de una monja.

Una parte de su consejo pastoral se convirtió en una dicho para el clero: “Cuando estés en Roma, vive en el estilo Romano; cuando se encuentran en otro lugar, vive como viven en otros lugares.”

Ambrosio también introdujo el canto congregacional, y fue acusado de “embrujar” a Milán introduciendo melodías orientales en los himnos que escribía. Gracias a su influencia, el canto de himnos se convirtió en una parte importante de la liturgia Occidental.

Mientras que Ambrosio fue un feroz opositor de la herejía, como se vio en su posición en contra el Arrianismo, su oposición a las cuestiones religiosas no se movió hacia cómo las personas eran tratadas civilmente. Los Arrianos y paganos eran todavía ciudadanos que poseían derechos como ciudadanos. Como seres humanos, eran todavía los objetos del amor de Dios y deseo de salvación. Había que demostrar respeto, incluso mientras se oponía a ellos teológicamente. Esta perspectiva fue tan rara para este tiempo; extraordinariamente raro. Y ganó a Ambrosio gran respeto de todos los sectores.

Mientras que el pueblo en el tiempo de Ambrosio puso a sus escritos y innovaciones en alabanza en el culto como las características más notables de su vida y ministerio, la historia le atribuye otros dos acontecimientos trascendentales que impactaron a la Iglesia.

El Primero, en el ámbito de las relaciones de la iglesia y el estado.

El Segundo sería su influencia sobre un joven pagano que visitó su iglesia y se convirtió en un seguidor de Jesús. Su nombre era Agustín.

Consideremos en primer lugar, el impacto de Ambrosio en las relaciones de la iglesia y el estado.

Su relación con el Emperador Teodosio, quien finalizó una larga tendencia política de moldear al Imperio Romano para ser un estado Cristiano, fue un cambio dramático a los primeros 200 años de la historia de la Iglesia que estaba llena de temporadas crecientes de persecución por los emperadores.

Un ejemplo del cambio del paganismo al Cristianismo se produjo en el año 390, cuando los funcionarios locales encarcelaron a un corredor de carrozas de Tesalónica por comportamiento homosexual. El público se rebeló en contra de esta acción porque el corredor de carrozas era una gran celebridad, un héroe del deporte y favorito de los aficionados. Estallaron disturbios y grandes gritos para que lo liberaran. Algunos de los manifestantes y personas inocentes que se encontraron en medio del disturbio murieron, incluyendo al gobernador. La multitud tomó control de la prisión y el prisionero fue liberado.

El emperador estaba enfurecido por los acontecimientos. Él estaba decidido de vengarse de los habitantes de Tesalónica para su gran desprecio de la ley y el falta de respeto que sintió hacia su persona por la muerte a manos de la multitud de su gobernador. Así que con mucha astucia anunció otra carrera de carrosas. Cuando las multitudes se presentaron y se sentaron en sus asientos, se cerraron las puertas y toda la gente fue muerta en una masacre. Durante las siguientes 3 horas, 7.000 personas fueron muertas por a la espada.

¡Ambrosio quedo atónito! Una vez que se recuperó, él se sentó y compuso una carta a Teodosio, exigiéndole el emperador que se arrepintiera. Como la autoridad principal en el imperio, Teodosio no estaba inclinado a seguir un consejo de un obispo de tierras lejanas. Ambrosio era simplemente un obispo en Milán, Italia; Teodosio era un gobernante poderoso, con su capital en el Oriente, en Constantinopla.

Pero Teodosio no se quedo siempre en Constantinopla.

¿Y que piensas que paso? Los negocios Imperiales lo llevaron, ¡adivina adónde! Exacto – Milán. Y como Emperador Cristiano de un nuevo Imperio Cristiano, Teodosio fue a la iglesia, y esperaba que el Pastor Ambrosio le sirviera la comunión. ¡Ambrosio se negó! Su carta pidiéndole al Emperador que se arrepintiera había sido ignorada. ¿Quién pensaba que era este señor que creía que podría simplemente entrar en la iglesia de Milán y formarse en la línea de la comunión como si nada? ¡Que atrevimiento!

Ambrosio repitió la condición: A menos que el emperador se arrepentirá de su flagrante abuso de poder, y lo hiciera públicamente, ¡la Comunión no pasaría por sus labios! ¡O Ambrosio era muy valiente o tenia un deseo de morir! Un emperador que había ordenado la ejecución de miles probablemente no pensaría mucho de terminar con un solitario, obstinado obispo. Pero Ambrosio demostró que no comprometería su llamado para salvar su vida y Teodosio comprendió que su mejor curso era hacer como se le indicaba y se arrepintió dejando a un lado sus vestimentas reales y los emblemas de Estado, y se humillo al vestirse de cilicio, con una cara marcada con cenizas como signo de penitencia.

Nunca fue la intención de Ambrosio usar esta humillación del Emperador como una forma de elevarse a sí mismo o a otros funcionarios de la iglesia. Era simplemente algo que él creía que Teodosio, que afirmaba ser cristiano, estaba obligada a hacer como una muestra de un sincero arrepentimiento ante Dios. Ambrosio hubiera estado horrorizado cómo los obispos posteriormente utilizaron su posición y poder de administrar los sacramentos como una forma de manipular a los gobernantes civiles y, al hacerlo, utilizar el poder civil para llevar a cabo los planes de la iglesia. O mejor dicho, sus propios fines ocultos bajo una delgada capa de religión.

Aunque Ambrosio no pudo haber previsto las consecuencias de este episodio con el Emperador, introdujo el concepto medieval de un emperador Cristiano dócil y obediente como un “hijo de la Iglesia sirviendo bajo las órdenes de Cristo.” Durante el próximo milenio, dirigentes religiosos y seculares competían entre sí sobre quién era soberano en los diferentes ámbitos de poder de la vida.

Bien podríamos esperar que el Emperador Teodosio abandono Milán con una sed de venganza en lo relacionado a Ambrosio, pero la leyenda nos dice que estaba tan impresionado con la valentía de Ambrosio y la calidad de su testimonio cristiano que dijo, “Yo no conozco a ningún obispo digno de ese nombre, excepto Ambrosio.” Cuando el emperador murió, estaba en los brazos de Ambrosio. Sobre la muerte de Teodosio Ambrosio dijo: “Confieso que me amaba, y siento el dolor de su muerte en el abismo de mi corazón.”

Dos años más tarde, el propio Ambrosio cayó enfermo. Las preocupaciones que se sintieron en todo el territorio italiano fueron expresadas por un escritor que dijo; “Cuando Ambrosio muera, veremos la ruina de Italia.” En la víspera de la Pascua en el año 397, el amado Obispo de Milán tomo su ultimo respiro.

Sólo un nombre está más asociado con Ambrosio que el de Teodosio. Y eso nos lleva al segundo impacto de su ministerio, y los historiadores calculan que es el más importante. Ese nombre es el alumno que brillo mas que su profesor: Agustín. Pero ese es el tema de nuestros próximos episodios . . .

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29-Sincretismo

29-Sincretismo

Este episodio de CS es titulado, “Sincretismo

Episodios recientes han documentado la creciente grieta entre la iglesia Oriental centrada en Constantinopla y la Occidental con su base en Roma. En el Concilio de Calcedonia en el año 451, obispos Orientales elevaron al Obispo de Constantinopla a tener un estatus y autoridad casi al igual con el Obispo de Roma, dándole a la Iglesia 2 cabezas. Era cada vez es más evidente que los juegos políticos tenían un rol muy grande en los asuntos de la iglesia, en vez de una búsqueda de la pureza de la doctrina o la fidelidad al Evangelio y su mandato. El Oriente y el Occidente se estaban moviendo en direcciones opuestas.

Desde que Constantinopla como la “Nueva Roma” era el centro político del Imperio, la iglesia Oriental creció a ser cada vez más vinculada al poder Imperial. En el año 380, el 27 de febrero en su Edicto de Tesalónica, el Emperador Teodosio declaró al Cristianismo la religión oficial del estado y prohibió el paganismo. Desde que la Iglesia no tenia autoridad o poder para imponer el cumplimiento de la Fe o para castigar a los paganos, la potencia Imperial fue usada para imponer la voluntad del Emperador.

Esta conversión forzada de multitudes vastas de paganos produjo una flujo de nuevos miembros a la Iglesia, cuyo compromiso con el Evangelio era dudoso. Los sacerdotes estaban tenían la incómoda posición de tener que dirigir a personas que sabían que eran, en el mejor de los casos, sólo parcialmente-comprometidos.

Desde que el Cristianismo del 4 siglo se había alejado de sus raíces en el Judaísmo con su hostilidad adversa a la idolatría, un gran número de sacerdotes, que habían sido en su tiempo paganos adoradores de ídolos, antes de su conversión, pensaron que podría facilitar la asimilación de nuevos conversos a la fe, si se hacian concesiones hacia las viejas formas de adoracion. ¿Por qué no aprovechar las tradiciones seculares y dirigirlas hacia nuevos fines? La veneración de los ángeles, los santos, reliquias, imágenes y estatuas fueron un intento de traer a los ex-paganos hacia una forma más familiar de culto y acomodar sus sensibilidades religiosas. De este proceso, Philip Schaff, escribe que “la Cristianización del Estado fue en gran medida a una paganización y secularización de la iglesia. El mundo venció a la Iglesia, de igual manera que la Iglesia venció al mundo, y la ganancia temporal del Cristianismo en muchos aspectos, fue cancelada por su pérdida espiritual. Las multitudes del Imperio Romano fueron bautizadas sólo con agua, no con el Espíritu y el fuego del Evangelio, y trajo de contrabando prácticas paganas al santuario bajo un nuevo nombre.” [1]

Es arriesgado atribuir motivos hacia las personas que están tan retirados de nosotros por tan grade distancia de tiempo, pero sospecho que para muchos líderes de la iglesia la asimilación de formas paganas en la liturgia de la Iglesia fue visto como una concesión necesaria por el gran número de Bárbaros que ahora era necesario convertir. La esperanza era que cuando estos nuevos miembros nominales de la iglesia, aprendieran el Evangelio, la verdad los iba a liberar de sus supersticiones y la Iglesia podría volver a una liturgia pura y ortodoxa. No cabe duda de que el razonamiento fue algo como à Dios se ha hecho hombre para llegar a hombres pecadores. ¿Por qué no podía la Iglesia ser, para utilizar las palabras de Pablo “a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos?”

El problema es que, si esa era la racionalización para adoptar formas de culto pagano, no funciono. La Iglesia no transformo temporalmente su liturgia para dar lugar a los miembros nominales; institucionalizó esas formas paganas, convirtiéndolos en nuevas tradiciones, algunas de las cuales continúan hasta el día de hoy.

Otro acontecimiento lamentable durante este tiempo fue la distancia que se desarrolló entre el clero y los laicos. Por los primeros 3 siglos, pastores principales o obispos como eran llamados, fueron honrados como líderes ordenados por Dios para dirigir sus congregaciones, pero no eran considerados como especiales. La elevación de los obispos y de los sacerdotes a ser una clase especial se desarrolló lentamente durante el 4º  y 5º siglo. Para el comienzo del 6º siglo ya eran considerados únicos; parte de una categoría distinta. La razón de esta elevación fue diferente en el Oriente y el Occidente. En el Oriente, la Iglesia y el Estado se unieron en una unión política-religiosa. Debido a la cercana relacion entre los sacerdotes y los políticos, el clero adoptó los lujosos adornos orientales de los funcionarios políticos. Constantino inició esta tendencia cuando trasladó su capital a Constantinopla. Se adorno a sí mismo como un típico Monarca Oriental opulente en lugar de un austero Emperador Occidental.

Durante los primeros 2 siglos, el clero Occidentales usaban ropa similar a sus congregaciones. Pero como el movimiento monástico comenzó a proveer más sacerdotes para la iglesia, el hábito del monje se hizo más prominente. Esto continuó por un tiempo en el sacerdocio, pero cuando la estructura política del imperio de Occidente se empezó a desmoronar y a los líderes de la iglesia se les veía cada vez como los que podían proporcionar un liderazgo a la sociedad civil, algunos obispos adoptaron las vestimentas que los marcaban como los gobernantes civiles, pero adornado su ropa con símbolos religiosos. Pero el mensaje era claro àla Iglesia y el Estado se había fusionado en el oficio del Obispo.

En los Concilios Generales, cuando los Obispos Occidentales observaban los atuendos reales de contraparte Oriental, ellos quisieron llevar atuendos igualmente elegantes y comenzó a seguir la moda Oriental. Todo esto sólo sirvió para aumentar la distancia entre el clero y los laicos.

Otra tradición traída del paganismo fue en la observancia de días especiales. Constantino establece al domingo como el día oficial de culto Cristiano. A mediados del 4º siglo, la Navidad se convirtió en una práctica regular, tomando el lugar del festival pagana de Saturnalia en Diciembre. La Epifanía celebraba, en el Oeste la visita de los Reyes Magos, o en el Oriente, el bautismo de Jesús.

La conmemoración anual de notables mártires se convirtió en días de los Santos.

Se agregaron más rituales al calendario de la Iglesia. Los únicos dos sacramentos en el Nuevo Testamento llaman a los Cristianos a practicar el Bautismo y la Comunión. Al final del 6 siglo, se agregaron 5 más.

El desarrollo de la doctrina del pecado original alentó la práctica del bautismo de infantes. El enfoque de la Comunión como el centro de culto experimentó una profundización de su significado de una conmemoración de la muerte de Jesús a una ritual que buscaba recrearla de nuevo.

El padre de la Iglesia Cipriano enseñaba que el sacerdote actuaba en el lugar de Cristo en la Comunión y que ofrecía un verdadero y completo sacrificio a Dios. El Papa Gregorio I enfatizo la naturaleza sacrificial de la Comunión. Al amanecer del 7º siglo, el Sacerdotalismo ya estaba bien encaminado.

Sacerdotalismo es la creencia de que la gracia es literalmente & realmente concedida a los adoradores a través de la influencia de la mediación de un sacerdote ordenado, oficiando los sacramentos. Piénsalo de esta manera à La Biblia dice que somos salvos por gracia a través de la fe. La posición oficial de la Iglesia era que, por la fe en el sacerdote que oficiaba, trabajando en armonía con el adorador, los sacramentos son vehículos por el cual la gracia era concedida y la salvación era renovada. à Vitaminas espirituales para mantenerlo a uno saludable.

Todo esto condujo a una mayor separación entre el clero y los laicos. Más tarde se convirtió en el medio por el cual los líderes de la Iglesia manipulaban a los funcionarios civiles. Cuando el clero tenia el poder para conceder la gracia a través de los sacramentos, podía amenazar una rey o líder a cumplir o correr el riesgo del tormento del infierno.

La veneración de los santos nació de una larga tradición que veían a los mártires con una gran admiración. No es difícil ver cómo aquellos que habían muerto durante la persecución fueron distinguidos como héroes y ejemplos a los cuales todos podían aspirar. El aniversario de su martirio fue hecho un día conmemorativo, y eventualmente se transformo en los Días del Santo. Desde paganos tenían en el hábito de adorar a sus héroes marcándolos con celebraciones especiales, y les atribuían poderes especiales, los Días de los Santos fueron sustituidas por estas celebraciones, y los Santos fueron dados un acceso especial a Dios. Lo que había sido la oración de los cristianos en la tumba de los mártires por el tranquilo reposo del alma del mártir, se convertio en oraciones A los santos por su intercesión ante Dios y las peticiones a los santos podían ayudarles en su área específica de especialización. ¿Vas a un viaje? Pregunte a San Cristóbal por protección. ¿Vas a iniciar un nuevo negocio? Pregúntale a San Bartolomé por prosperidad. Y siguió y siguió…

La veneración de los santos fue endorsada por el Segundo Concilio de Nicea en el 8º siglo. Iglesias y capillas fueron construidas sobre las tumbas de los santos y se convirtieron en destinos para los peregrinos. Festivales relacionados con su muerte fueron colocados en el calendario, y leyendas de milagros asociados con ellos se desarrollaron rápidamente. El tráfico de reliquias, incluyendo partes de un santo, su cuerpo, su pelo, sus dientes y sus huesos, se convirtieron en un gran problema, hasta que una orden imperial lo paró en el año 381 d.C. Estas reliquias se convirtieron en el punto principal de las muchas catedrales construidas en Europa y fueron ultimadamente el objetivo de las peregrinaciones de millones de personas durante la Edad Media. Piensa la catedral como simplemente una gran caja ornamentada que guardaba el dedo pulgar de algún santo, y puede entender lo que paso.

El uso de imágenes y retratos en el culto se expandió rápidamente a medida que el número cada vez mayor de bárbaros se unian a la iglesia. Las imágenes le daban sustancia a la invisible realidad de la deidad para estos adoradores supersticiosos. Las imágenes también tenían una función decorativa para embellecer a las iglesias. Los Padres de la Iglesia intentaron hacer una distinción entre la veneración de imágenes y del culto; pero es dudoso que esa distinción impidió que los campesinos combinaran a la imagen con la cosa que representaba.

La ayuda del gobierno después de Constantino llevó a una extensiva campaña de construcción de iglesias. Estas iglesias Imperiales seguían la arquitectura de la basílica Romana que ellos habían desarrollado para sus edificios públicos.

La madre de Constantino, Elena, visitó Israel en sus últimos años y se creía que capto la ubicación de varios acontecimientos bíblicos, al ser guiada por el Espíritu y de los reportes locales,que condujo a la construcción de iglesias, encima de donde se suponía que esos acontecimientos habían ocurrido.

La primera cantos en la iglesia fue conducida por un líder a quien el pueblo daba respuesta a través de la canción. Cantos Antifonales, en los cuales 2 coros cantan alternando, se desarrollo en el oriente de Antioquia. Ambrosio introdujo la práctica de cantar antifonalmente en Milán, y de allí se difundió en toda la Iglesia Occidental.

La veneración de María estaba también bastante situada para el cierre del 6º siglo, aunque la Iglesia Romana no lo adopto oficialmente la doctrina de su inmaculada concepción y su asunción milagrosa hasta los años 1854 y 1950.

Una mala interpretación de las Escrituras, junto con los numerosos milagros atribuidos a María por obras apócrifas, creció un respeto hacia ella como única en la historia redentora. Varios de los Padres de la Iglesia, influenciados por la preferencia hacia la virginidad entre los monásticos, asumió la virginidad perpetua de María. Ese gran teólogo de la iglesia, Agustín, afirmó que María nunca había pecado. Y como se suponía que un hijo tenía un cariño especial por su madre, María fue apelada, para interceder ante Jesús. Después de todo, ¿qué hijo puede rechazar su mamá?

Terminaremos este episodio aquí; con la mención de Agustín, porque él es una figura prominente en la Historia de la Iglesia, que veremos muy pronto. Pero justo antes de Agustín, necesitamos mirar a otra personaje que acabo de mencionar, Ambrosio. Haremos esto la próxima vez al mover un poco mas la historia y preparnos para sentarno con Agustín de Hipona.

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También me gustaría pedirles un favor. Si les gusta el podcast y utilizan Apple Music, por favor vayan a la tienda de Música , y hagan una búsqueda del podcast de la Historia de la Iglesia Cristiana, seleccionen los comentarios para calificar al podcast y escribanos un breve comentario.

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[1] Schaff, Philip, History of the Christian Church.  Vol III, Pg. 93

28-Como dice Justiniano

28-Como dice Justiniano

Esta semana el episodio de Communio Sanctorum se titula: “Como dice Justiniano”

Durante el 5º siglo, mientras que el Imperio Romano del Occidente caí ante los Godos, el Imperio Oriental centrado en Constantinopla parecía que podría seguir por varios siglos mas. Aunque se identificaba como Romano, los historiadores se refieren a la región Oriental como el Imperio Bizantino y la época Bizantina. Obtiene ese título de Bizancio, el nombre de la ciudad antes de que Constantino la hiciera su nueva capital.

Durante el 5º siglo, todo el imperio, tanto el Oriente como el Occidente estaba en declive. Pero en el siglo 6º, el Emperador Justiniano I dirigio un gran resurgimiento de la civilización Romana. Reinando casi 40 años, Justiniano no sólo provoco un nuevo florecimiento de la cultura en el Oriente, también trató de reafirmar su control sobre esas tierras en el Oeste que habían caído bajo el control de los bárbaros.

Han surgido diversas opiniones sobre Justiniano el Grande. Durante años la manera estándar para verlo era como un inteligente, ambicioso, enérgico, líder sociable, plagado por una enfermiza dosis de vanidad. ¿Me atrevo a decirlo? ¿Por qué no?: Quería hacer a Roma Grande Otra Vez. Mientras que esa ha sido la forma tradicional del entendimiento sobre Justiniano, más recientemente, esa imagen se ha modificado ligeramente, dandole a su esposa, la reina Teodora, un papel más destacado en la alimentar su ambición. Cualquier otra cosa que podríamos decir acerca de este equipo de marido y mujer, ciertamente eran devotos en su fe.

El reinado de Justiniano fue reforzado por las proezas de varios generales que fueron capaces de plasmar su deseo de retomar el Oeste a ser una realidad. El más famoso de estos generales fue Belisario, un genio militar, a la par con Aníbal, César, y Alejandro. Durante el reinado de Justiniano, partes de Italia, el Norte de África y España fueron reconquistados y puestos bajo el dominio Bizantino.

Los emperadores Occidentales en la larga historia de Roma tenían la tendencia de ser más austeros en las manifestaciones de su autoridad, al mantener un vestuario sencillo y una modestia en las costumbres relacionadas con su reino, como correspondía a la idea del Augusto como Prínceps = que significa Primer Ciudadano. Los emperadores Orientales tomaron otro camino y evitaban la humildad a favor de una manera Oriental, o lo que podríamos llamar modelo “Persa” de majestad. Empezó con Constantino quien rompió con la larga tradición Occidental de la modestia Imperial y se vistió a sí mismo como un glorioso Monarca Oriental. Después de Constantino, los emperadores Orientales llevaban túnicas elaboradas, coronas, y adornado sus cortes con ostentosos símbolos de riqueza y poder. Alentado por Teodora, Justiniano creció esta tradicion y su corte se volvió un gran espectáculo de poder. Cuando personas venían ante el Emperador, tenían que postrarse, como ante un dios. La ceremonia de la corte de Justiniano rápidamente fue copiada por la Iglesia de Constantinopla, debido a la vinculación cercana entre la iglesia y el estado en el Oriente.

Fue esta ambición de gloria que movió a Justiniano para embarcarse en una campaña de construcción masiva. Él comisiono la construcción de ciudades enteras, carreteras, puentes, palacios, baños y una infinidad de iglesias y monasterios. Su legado perdurable fue la Iglesia de la Santa Sabiduría, o la Catedral de Santa Sofía, la Iglesia de Constantinopla. La Haga Sofía fue la culminación de un nuevo estilo de arquitectura centrada en su cúpula, la más grande construida hasta ese momento. Los visitantes a la Iglesia se pasaban horas atónitos mirando a la cúpula, incrédulos que algo tan grande podría ser construido por el hombre. A pesar de la rica fachada interior de la iglesia ha sido destruida por años de conflicto, la estructura básica permanece hasta el día de hoy como una de los principales puntos para visitar en Estambul.

Justiniano también fue un teólogo en su propia manera. Como Emperador quería unir a la iglesia bajo un credo y trabajó duro para resolver las disputas principales del día; la brecha entre la fe Ortodoxa expresada en el Concilio de Calcedonia y los Monofisitas.

Repasando un poco; los Monofisitas seguían las enseñanzas de Cirilo de Alejandría, que había luchado en contra de Nestóreo sobre la naturaleza de Cristo. Nestóreo enfoco la naturaleza humana de Jesús, mientras que Cirilo enfoco la deidad de Jesús. Los seguidores de ambos llevaron sus doctrinas aun mas lejos, de modo que la Nestorianos que se movieron al Esta hacia Persia tenían la tendencia de disminuir la deidad de Cristo, mientras que los seguidores de Cirilo en su rumbo sur hacia Egipto elevaron de la deidad de Jesús a arriba de su humanidad. Ellos hicieron tanto hincapié en su deidad que se convirtieron en Monofisitas; que significa seguidores de 1 naturaleza.

Justiniano intentó reconciliar la fe Ortodoxa centrada en Constantinopla con los Monofisitas de Egipto al afinar sutilmente las palabras usadas para describir la fe. A pesar de que el Concilio de Calcedonia terminó oficialmente el conflicto, todavía existia una brecha entre la Iglesia de Constantinopla y la de Egipto.

Justiniano intentó aclarar cómo entender las naturalezas de Jesús como Dios y Hombre. ¿Tenía 1 naturaleza o 2? Y si eran 2. ¿Cómo coexistían esas 2 naturalezas en el Hijo de Dios? ¿Fueron separadas y distintas o fusionadas en algo nuevo? Si eran distintas, ¿fue una superior a la otra? Este era el punto de contienda en el debate por el cual el Concilio de Calcedonia había luchado y el enfoque de la contienda entre Cirilo & Nestóreo.

Justiniano logro un éxito parcial en que los Monofisitas moderados estuvieran de acuerdo con su teología. Fue ayudado por el trabajo de un monje llamado Leo de Bizancio. Leo propuso que en Cristo, las dos naturalezas estaban tan entremezcladas y unidas que formaban una sola naturaleza, que identificaba como el Logos.

En el año 544 el Emperador Justiniano promulgó un edicto condenando a algunos escritos pro-Nestorianos. Muchos obispos Occidentales pensaron que el edicto era una refutación escandalosa del Credo de Calcedonia. Asumían que Justiniano había salido como Monofisita. El Papa Vigilio condenó el edicto y rompió la comunión con el Patriarca de Constantinopla, porque apoyaba el edicto del Emperador. Poco después, cuando el Papa Vigilio visitó Constantinopla, hizo un cambio abrupto, cuando el añadio su censura a los escritos pro-Nestorianos que habían sido condenados. Pero después, en el año 550, después de que varios obispos criticaron ese cambio, Vigilio cambio de opinión otra vez y dijo que los escritos realmente no eran prohibidos después de todo.

No hay nada como ser un firme pilar para soporte los fundamentos de la iglesia. Bueno Vigilio fue consistente; en que él vacilaba constantemente bajo presión.

Todo esto ha creo tanta controversia que en el año 553 Justiniano convoco el Quinto Concilio ecuménico de Constantinopla. Aunque se suponía que era un concilio de toda la Iglesia, el Papa Vigilio se negó a asistir. Tras la demanda de Justiniano, el Consejo afirmó su edicto original del año 544, y además condenaron a todos los que apoyaban a los escritos pro-Nestorianos. El emperador desterró a Vigilio porque se rehusó a asistir, diciendo que sería restaurado sólo con la condición de su aceptación de la decisión del Consejo.

Adivina lo que hizo Vigilio. Exacto. Al final cedió y endorso la conclusión del Consejo. El resultado de esto fue que el Credo de Calcedonia fue reinterpretado más con el enfoque Monofisita. La deidad de Jesús fue elevada a primer plano mientras que su humanidad fue relegada a una realidad distante. Esto se convirtió en la posición oficial de la Iglesia Ortodoxa Oriental.

Pero el deseo de Justiniano de fomentar la unidad no fue alcanzado. Los obispos Occidentales se negaron a reconocer la reinterpretación del Credo de Calcedonia por el Consejo de Constantinopla. Y mientras esta nueva interpretación sobre la naturaleza de Jesús fue bien aceptada en el Oriente, los Monofisitas fanáticos de Egipto no cedieron en ningún punto sus creencias. Ellos habían venido a celebrar su teología con una feroz lealtad regional. El aceptar la formulación de Justiniano se considero como ceder bajo presión y lo veían no sólo como herético, sino como antipatriótico. Ellos se negaron rotundamente a venir bajo el control de Constantinopla.

Lo Justiniano fue incapaz de hacer con un acuerdo de encontrar un punto medio teológico y diplomacia, ahora lo intentó por la fuerza. Después de todo, como dicenàla guerra es la diplomacia por otros medios. Y como Justiniano podría decir, “¿Qué hay de bueno en ser rey si no puedes romper cabezas cuando quieras?”

El Emperador también trató de erradicar los últimos vestigios del paganismo en todo el Imperio. Mandó a los funcionarios civiles junto con los líderes de la Iglesia a buscar a todas las prácticas paganas y  la filosofía griega pre-Cristiana y ponerle fin a todo lo que encontraran de inmediato. Él cerró las escuelas de Atenas, las última de las instituciones que enseñaban la filosofía Griega. Él permitió que los judíos siguieran su fe, pero trató de regular sus prácticas. Decretó la pena de muerte para los Maniqueos y otros herejes como los Montanistas. Cuando sus duras políticas estimulaban revueltas y rebelión, fue implacable en hacer todo lo que podía para erradicarlas.

Hacia el final de su reinado, las creencias monofisitas de su esposa Teodora influyó que se moviera mas en esa dirección. Él buscó a refundir las conclusiones del 5º Consejo con una nueva formulación que le ganaría mayor apoyo con los Monofisitas. Esta nueva visión se le  ha dado el nombre trabalenguas de Ap-tar-to-docetismo.

Según este punto de vista, incluso el cuerpo físico de Jesús era divino, de modo que, desde la concepción hasta la muerte, no cambio. Esto significa que Jesús no sufrió o conocio los deseos y pasiones de los mortales.

Cuando intentó imponer esta doctrina sobre la Iglesia, la inmensa mayoría de los obispos se negaron a cumplir. Así que Justiniano tenia planes de exigir su cumplimiento, pero murió antes de que la campaña pudo comenzar, mucho para el alivio de los obispos.

Justiniano tomó una parte activa en la Iglesia en más áreas que la teología. Promulgo leyes que se relacionaban a los diversos aspectos de la vida de la iglesia. Él nombraba obispos, asignaba a los lideres de los monasterios, ordeno sacerdotes, administro tierras de la iglesia, y supervisó la conducta del clero. Prohibió la práctica de la simonía; que es la venta de oficios de la iglesia. Ser un oficial de la iglesia podía ser muy lucrativo, por lo que la práctica de la simonía era frecuentemente un problema.

El Emperador también le prohibía al clero asistir a carreras de carrozas y al teatro. Esto nos parece muy duro, si pensamos en estos como solo acontecimientos deportivos y culturales. No lo eran. Ambos eventos eran más a menudo escenarios de libertinaje moral donde el comportamiento grosero era muy común. Uno no asistía a una carrera para estar en compañía digna o cortes. Las carreras eran à bueno muy animadas. Y el teatro era un lugar donde las perversiones eran actuadas en el escenario. Que Justiniano les prohibió asistir a estos eventos a los lideres religiosos significa que era común que lo hicieran.

El autorizó a los obispos para que funcionaran como medio servidores-civiles de modo que ellos supervisaban las obras públicas y el cumplimiento de las leyes en contra del vicio. En algunos lugares los obispos sirvieron como gobernadores.

Fue bajo Justiniano que la Iglesia se convirtió en un instrumento del Estado. Ese proceso había iniciado bajo Constantino, pero no fue hasta el 6º siglo bajo Justiniano que llegó a su culminación.

El cristianismo siguió ampliando su influencia a lo largo de las fronteras del Imperio. Con la reconquista del Norte de África, el Arrianismo que había echado raíces allí fue erradicado. La fe se movió arriba por el rio Nilo en lo que hoy conocemos como Sudán. Los Bereberes del Norte de África también fueron convertidos. En Europa, las tribus bárbaras a lo largo del Danubio también fueron alcanzados.

La división entre los Ortodoxos y Monofisitas que Justiniano había intentado curar siguió afectando a la iglesia hasta el 7º siglo cuando surgió una nueva amenaza; el Islam.

Emperador tras emperador conocía que una iglesia fragmentada significaba que la la sociedad fuera debilitada y que sería una presa fácil para los nuevos invasores. Por eso trabajaron arduamente para lograr la unidad teológica.

Vamos a ver, ¿cómo podemos juntar a los Ortodoxos y a los Monofisitas?

Sergio, el Patriarca de Constantinopla, tuvo una idea. Basado en lo que se pensaba eran los escritos de uno de los primeros Padres de la iglesia llamado Dionisias, Sergio pensó que había encontrado apoyo para una nueva idea que podia conciliar las dos partes. El decia que mientras que Jesús era divino y humano, trabajaba por una sola energía. Esto sonaba genial para el Monofisita de Egipto y durante un tiempo parecía que sería un camino a la unidad. Pero otros obispos protestaron, así que Sergio cambio la jugada y dijo, “Bueno, olviden eso de la energía y que tal esto, Cristo fue al mismo tiempo divino y humano, pero sólo tenía una sola voluntad que era una fusión de las dos naturalezas.” El Papa Honorio puso su sello de aprobación a este punto de vista y ahora con el acuerdo de las 2 iglesias más influyentes, parecía una gran victoria teológica. Así que, en el año 638, el Emperador Heraclio pasa un edicto expresando las opiniones de Sergio y prohibiendo nuevos debates.

El emperador pasó un edicto, ¿entonces eso resuelve todo? >> no exactamente.

Cuando el Papa Honorio murió, el próximo papa anunció que Jesús tuvo dos voluntades. Y claro, además, – esa era la verdadera posición de Honorio – que había sido malinterpretada por el Patriarca Sergio. Cada Papa posteriormente afirmó las voluntades humanas y divinas de Jesús como distintas, aunque en armonía una con la otra. Esta visión influyó en el Occidente mientras que la del Patriarca Sergio fue la que se convirtió en la posición del Oriente.

Cuando otra vez en el año 648 la cuestión amenazaba con rasgar nuevamente a la iglesia y al imperio en 2, el Emperador Constans II declaró que todo debate sobre 1 o 2 naturalezas o energías, estaba vetada y no se permitía debatir. Pero como pueden imaginarse cuando llego la noticia de la prohibición a Roma un año más tarde, el Papa Martín I, llamo un Sínodo específicamente para discutir la cuestión; decidió que Jesús tenía dos voluntades, y denunció al Patriarca de Constantinopla. Los obispos también añadieron, “¡Cómo se atreve el Emperador en decirnos lo que podemos o no podemos discutir!”

Constans II decidió mostrarle al Papa cómo se atrevía, y lo mando arrestar y lo transporto hasta la capital, donde fue condenado, torturado y desterrado. Martin murió en el exilio.

Entonces sucedió algo chistoso. Bueno no es gracioso realmente – es trágico. El Norte de África, la región del imperio que había sido tan fastidiosamente dedicada a Monofisismo fue conquistada por el Islam. Y de repente el debate perdió su voz principal. Así que Constantino IV, llamo al 6º Concilio ecuménico, nuevamente en Constantinopla en el año 680. Este consejo declaró oficialmente la idea de una energía y una voluntad de Cristo herético. Jesús tenía dos naturalezas; una divina, la otra humana. El Consejo clamo que sus opiniones coincidían con un consejo similar que se celebró en Roma un año antes bajo los auspicios del Papa Agatón.

La mayoría de los historiadores de la Iglesia, consideran al 6º Consejo como el último en el cual la que la naturaleza de Jesús era la principal consideración teológica. Claro que los Nestorianos seguían extendiéndose hacia el Este y llegaron de esa manera hasta China, y todavía había grupos de monofisismo en Egipto, pero tanto en las regiones Oriental y Occidental del Imperio, la Ortodoxia o lo que se denomina la cristiandad Católica ahora dominaba.

27-Ortodoxia, con un sabor Oriental

27-Ortodoxia, con un sabor Oriental

Este Episodio de CS es titulado, “Ortodoxia, con un sabor Oriental.”

Necesitamos comenzar este episodio definiendo el término “Ortodoxia.”

Viene del Griego. Ortos significa “recto” y el significado idiomático es correcto o verdadero.

Doxa es del verbo dokein = pensar; doxa es la opinión o creencia.

Como es más a menudo utilizado, la ortodoxia significa seguir las normas aceptadas. En referencia al Cristianismo, significa conformarse a las Credos de la primera iglesia; esas declaraciones de fe emitidas por los concilios de la iglesia hemos visto en los últimos podcasts.

En oposición a la ortodoxia es lo que se denomina la heterodoxia; otras enseñanzas. Heterodoxia se desvía de la Fe definida por los Credos. Casos específicos de heterodoxia, es decir, doctrina desviada se llama herejía; con quienes la sostienen conocidos como herejes. Cuando la herejía hace que un grupo de personas se apartarse de la Comunión de los Santos, para que formen su propia comunidad distintiva, es llamada una Cisma.

Pero hay otra forma muy distinta, que la palabra Ortodoxo se usa en el Cristianismo. Es el nombre de una de las 4 grandes ramas de la Iglesia; Catolicismo Romano, Protestantes y Ortodoxos Orientales. La cuarta es una rama de la fe que hemos estado viendo durante los últimos dos episodios – La Iglesia Nestoriana, conocida como La Iglesia del Oriente.

En el Occidente, estamos familiarizados con el Catolicismo Romano y el Protestantismo. Somos menos conscientes de los Ortodoxos del Este y la mayoría de la gente ni siquiera ha oído hablar de la Iglesia Nestoriana. La ignorancia de la Ortodoxia Oriental es trágica considerando que el Imperio Bizantino, que fue el hogar de la Iglesia Ortodoxa, siguió encarnando los valores y tradiciones del Imperio Romano hasta mediados del siglo 15º, un milenio después de la caída de Roma en el año 476 d.C.

Habrá muchos episodios de CS antes de llegar al año 1054, cuando tuvo lugar la Gran Cisma entre las Iglesias Orientales y Occidentales. Pero creo que es útil que comprendamos cómo la Ortodoxia Oriental difiere del Catolicismo Romano, así podemos estar un poco más cerca de la narrativa de la línea de tiempo de cómo la Iglesia se desarrolla en los próximos episodios.

Una de las maneras en que podemos entender mejor la Iglesia Ortodoxa Oriental es resumir rápidamente la historia del Catolicismo Romano en Europa durante la Edad Media como un contraste.

En Occidente, la Iglesia, dirigida por el Papa con los Cardenales y Obispos, supervisaban todos los aspectos religiosos y espirituales de la cultura Europea. La afiliación entre la iglesia y el estado que comenzó con Constantino el Grande y continuado durante los próximos siglo y medio, era en el mejor de los casos, una relación tensa. A veces, el Papa y el Emperador estaban de acuerdo; pero en otros momentos ellos tenían diferentes ideas y competían por el poder. En general, fue un matrimonio inestable de los secular y religioso. Durante la Edad Media, la Iglesia ejerció una enorme influencia en el mundo secular, y los gobernantes civiles o trataban de aliarse con la iglesia, o trataban de romper el control del poder de la Iglesia. Dándose cuenta que tan fuerte era influencia, algunos gobernantes civiles incluso trataron de infiltrarse en el liderazgo de la iglesia para instalar sus propios Obispos y Papas. La Iglesia jugaba el mismo juego y mantenia espías en muchos cortes reales de Europa. Estos agentes informaban a Roma y trataban de influir en las decisiones políticas.

La situación era dramáticamente diferente en el Oriente, donde la iglesia y el estado trabajaban en armonía. Aunque ajeno a la Mente Occidental, y especialmente la mente Occidental Moderna que ve una gran barrera entre la Iglesia y el Estado, en el antiguo Imperio Bizantino, la Iglesia y el Estado eran socios en gobernar. No eran iguales, pero trabajaban juntos para formular política y proveer liderazgo que permitia al Imperio de Oriente no sólo resistir las fuerzas que habían llevado al colapso del Oeste, pero para mantener el imperio hasta el siglo 15º, cuando fue finalmente arrasado por los Turcos Otomanos.

En nuestro intento de entender la Ortodoxia Oriental, veremos la descripción que Bruce Shelly nos proporciona en su excelente libro, Historia de la Iglesia en un Lenguaje Sencillo.

El primer punto de partida para nuestra comprensión de la Ortodoxia no es en examinar sus doctrinas básicas, sino en su uso de imágenes santas llamadas iconos. Los iconos son retratos altamente estilizados de uno o más santos, frente a un fondo dorado y una aureola alrededor de la cabeza. Los iconos son cruciales para comprender la Ortodoxia Oriental. Los creyentes Ortodoxos entran a sus iglesias y ir primero van a una pared cubierta con iconos llamado el iconostasio. Esta pared separa el santuario de la nave. El adorador besa a los iconos antes de tomar su lugar en la congregación. Un visitante a un hogar ortodoxo encontrará un icono en la esquina al este de la sala principal. Si el huésped es Ortodoxo él o ella saludara al icono cruzándose a sí mismo y inclinándose. Sólo entonces podrán saludar al anfitrión.

Para los Ortodoxos, los iconos son mucho más que las imágenes hechas por el hombre. Son manifestaciones de un ideal divino. Son considerados como una ventana hacia el cielo. De la misma manera que la gracia se piensa que es impartida a través de la misa Católica Romana, piensan que la gracia fluya desde el cielo hasta la tierra a través de los iconos. Los Protestantes pueden comprender mejor que tan importantes los iconos son para los Ortodoxos, considerando que tan importante la Biblia es para ellos. Como la Escritura es la revelación escrita de la voluntad y la verdad de Dios, así los iconos son considerados como revelaciones visuales de la verdad que tienen tanto, si no mas para impartir a los creyentes por medio de la revelación. De hecho, los iconos no son pintados, se dice que son “escritos”, para transmitir la idea de que cumplen la misma función que las Escrituras. La Biblia es la Escritura en palabras; los iconos son la escritura en imágenes.

Como ya he dicho, el icono es una representación altamente estilizada de los santos o escenas bíblicas en paneles, generalmente hecha de madera de ciprés, que ha sido preparada con tela y yeso. El fondo es de hoja de oro, que representa la gloria del reino divino de donde la imagen se cree que procede, con la brillante pintura de tempera haciendo las figuras y decoración. Cuando seca, el panel está cubierto de barniz. Algunos antiguos iconos son increíbles piezas de arte. Los artistas que “escriben” los iconos lo ven como un acto espiritual y se preparan por el ayuno y la oración, después de haber completado una formación técnica laboriosa.

Estrictamente hablando, la teología Ortodoxa Oriental dice que los iconos no son objetos de devoción en si mismos. Se piensa que son una ventana al reino espiritual, por la cual lo divino es capaz de infiltrarse y afectar lo físico. Aunque esa es la posición doctrinal oficial sobre los iconos, son besados y venerados al comienzo y en varios puntos durante un servicio. Los iconos no son adorados, son venerados; que significa que no se les da el culto que debemos dar solamente a Dios, son apreciados como un medio por el cual la gracia es derramada sobre los fieles. Mientras que esta es la explicación técnica para el uso de los iconos, al ver cómo los adoradores los utilizan y al escuchar que tan altamente están considerados, es difícil para mi ver cómo en un sentido práctico, no hay ninguna diferencia entre veneración y adoración. Para muchos observadores objetivos, el uso de iconos parece ser una clara violación del segundo mandamiento que prohíbe el uso de imágenes en la adoración de Dios.

Los estudiosos debaten cuando los Cristianos Orientales comenzaron a utilizar los iconos. Algunos dicen que su uso comenzó a finales del año 6º o 7º d.C. Antes de que los iconos se hicieran populares, las reliquias desempeñaron una parte importante en la vida de la iglesia. Partes de los cuerpos de los santos, así como elementos conectados a historias bíblicas se creía que poseían poderes espirituales.

Precaución: puedo opinar à todo esto era insensatez supersticiosa, pero era importante en el pensamiento de muchos. Dado que sólo había tantas reliquias sagradas para distribuir y cada iglesia usaba su icono para atraer a adoradores; los iconos comenzaron a ser utilizados como sustitutos en vez de las reliquias. Si no puedes tener un trozo de la cruz, quizás una pintura dorada de María sosteniendo al Niño Jesús haría el truco. Si no puedes tener el dedo índice de Esteban, ¿que te parece su icono? Había un sinnúmero de historias milagrosas que daban vuelta sobre las reliquias y iconos, cada una argumentando alguna conexión especial a Dios y a los santos. Se decía que las reliquias podían curar. Se decía que los iconos lloraban lágrimas o sangraban. El fragante aroma de incienso se decía que salía de muchos de los iconos más grandes. Y las historias siguen y siguen…

La cuestión en lo que claman todas estas historias es; ¿dónde encontramos la utilización de tales cosas en las Escrituras? A modo de recordatorio, los cristianos evangélicos determinar si algo se define como bíblico a diferencia de a la Ortodoxia Oriental por estas 3 preguntas:

1) ¿Es algo que Jesús enseño o modelo en los evangelios?

2) ¿la Iglesia primitiva lo practicaba en el libro de Hechos?

3) ¿En las epístolas del NT se comenta o se regula como una norma para la fe y práctica?

Usando este filtro de 3 preguntas, el uso de las reliquias y los iconos no es ortodoxa.

La iglesia Ortodoxa Oriental se refiere a sí mismo como la Iglesia de los 7 Concilios. Clama tener una forma superior de la Fe Cristiana, porque basa en su doctrina en lo que dicen que son los Concilios principales de la iglesia que definieron las creencias cristianas normales. El último consejo, Nicea II en el año 787, surgió como una respuesta a la Polémica Iconoclasta de la que hablaremos más adelante. El punto aquí es que Nicea II declaró que la veneración de los iconos era bueno y adecuado. Lo aprendemos de esto es, que al decir que somos una iglesia que se adhiere a los credos de los 7 consejos no significa mucho si estos consejos eran simplemente reuniones de hombres. No son sus Credos que son importantes y que definen la fe; es la Escritura solamente que tiene esa función. Declaraciones de Credos son sólo tan buenos en la medida en que son interpretaciones correctas de la Palabra de Dios. Pero no son ellas mismas, esa Palabra.

Otra distinción importante entre la Iglesia Oriental y Occidental era en su forma de ver el objeto de la salvación.

Los Cristianos Occidentales tienden a entender la relación entre Dios y el hombre en términos jurídicos. El hombre está obligado a satisfacer las demandas de un Dios justo. El pecado, el sacrificio y la salvación son todos los aspectos de la justicia divina. La salvación es vista principalmente en términos de justificación.

En el Catolicismo Romano, cuando un creyente peca, un sacerdote determina el pago o penitencia que le debe a Dios. Si él es incapaz de proporcionar suficiente penitencia para algún pecado especialmente odioso, entonces el purgatorio después de la muerte proporciona un lugar donde su alma puede ser expiada.

En el Protestantismo, la penitencia y el purgatorio son puestas a un lado por la doctrina Bíblica de la expiación con Cristo como sustituto, cuya labor en la cruz expía todos los pecados, de una vez por todas. La justificación por la gracia mediante la fe es la piedra angular de la teología evangélica. Pero aquí todavía, la cuestión es legal y forense.

Este énfasis legal continua en la manera que el Catolicismo Romano ve al papado. Según Roma, Cristo comisionó & autorizó a Pedro y a sus sucesores, los papas. Esa autoridad legal se observa en los símbolos del papado – un juego de llaves.

La Ortodoxia Oriental presenta un contraste con este énfasis legal del Catolicismo Romano y el Protestantismo. El núcleo de la teología Ortodoxa es la encarnación de Dios y cómo afecta la restauración y re-creación del hombre caído. En la Ortodoxia, el pecado no es tanto una violación de la ley de Dios como una denigración de la imagen de Dios. La salvación es menos una cuestión de convertir a los pecadores en justos ante un Dios Santo como es la restauración de la imagen de Dios en ellos.

En el Cristianismo Occidental, Jesús es visto principalmente como el sacrificio sustitutorio que expía el pecado y reconcilia a los pecadores con Dios. Hay una gran carga de culpabilidad debido a la penalidad del pecado por lo cual la justicia de Dios debe ser pagada. Su ley se ha roto; y se debe restaurar. Jesús lo restaura a través de la cruz, Su resurrección vindica y valida Su sacrificio como suficiente. Esta es la razón por la cual el crucifijo es una característica prominente en el Catolicismo Romano y la cruz es central para la predicación clásica Protestante.

En el Cristianismo Oriental, Jesucristo es Dios encarnado y su misión es restaurar la imagen de Dios en el hombre. Y cuando digo ‘imagen’, piensen “icono”. Esto no quiere decir que en la Ortodoxia no hay mención de justificación o que en el Romanismo no hay sugerencia de restauración. Lo hay. Es más acerca en donde está puesto el énfasis.

En la Ortodoxia, la iglesia es mucho menos la institución oficial que se desarrolló en el Oeste. Se concibe más como el cuerpo místico de Cristo que se renueva continuamente por el Espíritu Santo. Esto parecería una afirmación bastante extraña a los Protestantes, que han visitado una iglesia Ortodoxa Oriental, que está llena de imágenes y sigue una liturgia que es bastante formal. En comparación con la arquitectura y decoración simple de las iglesias protestantes, la Ortodoxia se ve mucho mas formal, pero ese formalismo no se extiende a la jerarquía de la iglesia. No hay ningún Papa de la iglesia Ortodoxa Oriental. Cada una de las ramas más importantes de la Ortodoxia tiene su propio Patriarca, pero no hay una cabeza o súper-obispo que supervisa a toda la Iglesia Ortodoxa, como el Papa lo hace en Roma. La Iglesia oriental se ve a sí misma como una comunidad donde hombres y mujeres están siendo restaurados a la semejanza de Dios.

Por lo tanto, podríamos preguntar: ¿Cuándo comenzó esta diferencia fundamental en énfasis doctrinal? Es difícil decir con exactitud porque la teología creció a través de una lenta y constante progresión. Pero podríamos decir que las diferencias surgieron cuando el Evangelio llegó a Corinto, y después en Roma en el siglo 1º. El enfoque en Corinto era Griego; en Roma Latín. Los griegos eran más filosóficos por naturaleza y el Evangelio conecto con su búsqueda antigua hacia el hombre perfecto. Los romanos latinos estaban fascinados por todas las cosas legales. Eran una raza de abogados. Un breve vistazo a la historia de los gobernantes de Roma revela la importancia de la ley. Los que podían manipular a los tribunales y al Senado tenían el poder.

Una buena manera para nosotros para conseguir una idea de la diferencia entre el Cristianismo Oriental y Occidental tal como existe hoy es este: muchos cristianos Occidentales miran hacia atrás a la unión de la Iglesia y el estado por Constantino como una algo negativo. En aquel momento, parecía una bendición para una iglesia que había sufrido 2 siglos de persecución, pero viendo hacia delante desde ese antiguo lugar, sabiendo lo que era por venir, lamentamos la corrupción que le esperaba a la iglesia. Por esa razón los historiadores del Cristianismo Occidental, hablan de la esclavitud de la iglesia por el estado.

Para los cristianos Orientales, Constantino es considerado como un héroe y santo. La Ortodoxia considera su reinado como punto mas alto del Imperio Romano. Según este punto de vista, Roma evolucionó hacia una monarquía religiosa con el emperador como el eslabón de conexión entre Dios y el mundo. La autoridad civil del Estado fue el reflejo terrenal de la ley divina, mientras que la Iglesia era la reflexión religiosa del cielo en la tierra. En la Ortodoxia, el emperador era el lugar donde las autoridades religiosas y civiles se unían. Mientras que la iglesia y el estado eran entidades diferentes, no eran vistos como esferas separadas. Trabajaban juntas para regir la totalidad de la sociedad humana.

El impacto de Constantino en la Ortodoxia Oriental es innegable. El consideraba al Imperio como el “portador” el vehículo que llevaba a la Iglesia. Como emperador, su función consistía en llevar tanto a la iglesia, como al estado. Reconociendo la necesidad de marcar este nuevo momento en la historia, Constantino trasladó su capital a lo que el llamaba – la “Nueva Roma“, o lo que la gente llamaba la ciudad de Constantino – Constantinopla. Él construyó la espléndida Iglesia de los Santos Apóstoles para desplazar al centro de la vida de la Iglesia hacia el Oriente. Para indicar la importancia del Emperador como el agente de Dios, en medio de las 12 tumbas simbólicas de los apóstoles en la Iglesia de los Santos Apóstoles, Constantino erigió la numero 13 para sí mismo, dejando claro que el se consideraba a si mismo como fundamental para la fe y igual que los Apóstoles.

Esto nos ayuda a entender por qué Constantino fue tan celoso para encontrar una solución a los problemas causados por la herejía del Arrianismo. Como dice Shelly, Constantino fue supersticiosamente ansioso que Dios lo tomara a él como personalmente responsable de las divisiones y disputas entre los cristianos. Si al Cristianismo tenia una falta de unidad y cohesión, ¿cómo podría ser una verdadera religión para el Imperio? Así que Constantino y los emperadores que le siguieron hicieron todos los esfuerzos posibles para lograr un acuerdo acerca de la Fe Cristiana. Por es razón, Constantino adoptó la práctica ya usada por los cristianos para resolver las diferencias en problemas locales. Él hizo un llamado a todos los líderes de la iglesia para reunirse y ponerse de acuerdo en la creencia correcta y práctica. Esta política se convirtió en una parte integral de la tradición del Cristianismo Oriental. Desde el primer Concilio Ecuménico de Nicea en el año 325, a la séptima en año 787, que también se celebró en Nicea, emperadores llamaron a los consejos y fue la potencia Imperial que presidió sobre ellos. Por eso, en este día la Iglesia Ortodoxa Oriental se refiere a sí mismo como la “Iglesia de los Siete Consejos.”

Estos consejos produjeron los Credos que encarnan la ortodoxia. Esa ortodoxia fue entonces ejecutada en la sociedad por parte de las autoridades civiles. La fe dejo de ser una cuestión puramente espiritual o de la iglesia; tomó una dimensión política.[1]

Mientras el que el Imperio Bizantino tuvo varios gobernantes notables, el más importante después de Constantino fue Justiniano el Grande quien gobernó del año 527 al 565. Constantino mantuvo una distinción entre ser un Cristiano y ser el Emperador. Justiniano fusionó los 2 para que se convirtieran en un Emperador Cristiano. Y esto revela que una de las diferencias fundamentales entre Oriente y Occidente.

En el Oriente, el jefe de Estado y cabeza de la iglesia fueron fusionados en 1 oficio.

En el Occidente, aunque hubo algunas veces cuando un Papa ejercía enorme poder político, fue de una manera encubierta. Los gobernantes civiles también fueron a veces dados gran influencia en los asuntos de la iglesia, pero normalmente trataban de utilizar esa influencia encubiertamente. La Iglesia y el Estado eran mantenidos en esferas separadas en el Occidente. En el Oriente, se fusionaron.

Justiniano pensó en si mismo como el agente de Dios y ejecutor de su voluntad. El imperio era el instrumento de Dios en el mundo. Inclinaba su rodilla ante Jesús, pero después se levantaba a imponer su visión y versión de la voluntad de Jesús en la tierra.

Esta unión de la iglesia y el estado continuó en los años que siguieron. Incluso bajo el Comunismo, la Iglesia Ortodoxa Rusa, una rama de la Ortodoxia Oriental, siguió operando a través de una licencia estatal.

Fue bajo Justiniano que fusión Bizantina única del derecho Romano con la fe cristiana y la filosofía Griega tuvo lugar, todo sazonado por una pizca de Orientalismo. Esto se ve más claramente en el arte Bizantino, mientras que el Oeste había seguido al realismo de la Edad Clásica Griega, los Bizantinos sumergian al mundo físico de la experiencia humana bajo el supremo y trascendente reino espiritual. Nada revela esto mas que la Iglesia de Santa Sabiduría, hoy conocida como la Iglesia de Haga Sofía. La iglesia de Justiniano fue una remodelación de una iglesia anterior construida por Constantino. Justiniano dio la orden que fuera el edificio mas grandioso sobre la faz de la tierra. Construido en un tiempo record, fue en realidad una proeza. Cuando se consagró en el año 538, Justiniano exclamó que había superado a Salomón. La cúpula, la más grande hasta la fecha, se pensado que colgaba de una cadena de oro desde el cielo. Era tan inmensa y alta sobre el piso que unos pensaban que era un pedazo del cielo. Los mosaicos que cubrian el piso de la iglesia deslumbraban los ojos.

Años más tarde cuando los emisarios del rey de Ucrania visitaron Constantinopla en una búsqueda para encontrar una nueva religión para los Ucranianos, fueron dejados atónitos por la Haga Sofía. Muy probablemente fue su informe a su monarca que los movió a elegir al Cristianismo como la nueva religión de estado. Los emisarios dijeron que cuando estaban en la Catedral de la Haga Sofía, no sabían si estaban en el cielo o en la tierra.

Es importante mencionar aquí que los Bizantinos muy rara vez se identifican a sí mismos como tales; ellos fueron siempre Romanos. Constantinopla fue la Nueva Roma pero no eran parte de un nuevo imperio llamado Bizantino. Esa es una etiqueta aplicada por historiadores mucho mas tarde. Eran Romanos y formaban parte del Imperio Romano. La mitad Occidental del Imperio habia caído a bárbaros invasores, pero el Imperio vivía en el Oriente y lo haría por otros mil años.

[1] Shelley, B. L. (1995). Church history in plain language (Updated 2nd ed.) (141–145). Dallas, Tex.: Word Pub.

26-Y en el Oriente parte 2

26-Y en el Oriente parte 2

Este episodio de Communio Sanctorum es titulado, “Y en el Oriente – Parte 2″.

En nuestro último episodio, tomamos un breve vistazo a la misión del Apóstol Tomás’ a la India. Luego, consideramos la propagación de la fe hacia Persia. Para profundizar nuestro estudio de la Iglesia del Oriente tenemos que volver al Concilio de Calcedonia en el 5º siglo donde el Obispo Nestóreo fue condenado como un hereje.

Como hemos visto, el debate acerca de la deidad de Cristo que fue central en el Concilio de Nicea en el año 325 d.C., declaró que Jesús era de la misma sustancia que el Padre. Pasaron otros cien años antes que el error del Arrianismo, que negaba la deidad de Jesús, fue finalmente revocado. Pero incluso entre los creyentes ortodoxos, católicos, que seguían el Credo de Nicea, la pregunta era sobre cómo entender la naturaleza de Cristo. Él es Dios – ¡ok lo entiendo! Pero también es humano. ¿Cómo podemos entender su doble naturaleza? Fue en el Concilio de Calcedonia en el 451, que la cuestión se decidió finalmente. Y la Iglesia de Oriente fue declarada de seguir una posición que no era ortodoxa.

El debate fue sofisticado y complejo, y a grandes rasgos decidido más por política que por una preocupación por una teología pura. El perdedor en el debate fue el Obispo Nestóreo, Patriarca de Constantinopla. Para hacer una cuestión compleja mas simple, los que enfatizaban la unidad de las dos naturalezas llegaron a ser llamados Monofisitas = que significa una sola naturaleza. Consideraban a Nestóreo como un hereje porque el enfatizaba las 2 naturalezas como distintas; incluso llegando hasta el punto de decir que Nestóreo afirmaba que Jesús era de 2 PERSONAS. Eso no era lo que Nestóreo decía, pero eso lo que sus oponentes lograron hacer que todos, menos sus más cercanos seguidores, creyeran. De hecho, cuando el Consejo finalmente emitió su declaración y Credo, Nestóreo afirmo que ellos sólo redactaron lo que el siempre había enseñado. A pesar de que el Concilio de Calcedonia declaro al Nestorianismo como herégia, la Iglesia del Oriente siguió aferrada a su punto de vista sobre la doble naturaleza de Cristo, en oposición a lo que ellos consideraban como un punto de vista monofisita aberrante.

Al amanecer del 6º siglo, había 3 ramas principales de la Iglesia Cristiana:

la Iglesia de Occidente, que miraba a Roma y Constantinopla para el liderazgo.

La Iglesia de África, con su gran centro de Alejandría y un nuevo centro en Etiopía;

y la Iglesia de Oriente, con su centro en Persia.

Como vimos en el último episodio, la Iglesia del Oriente fue impulsada desde Edesa en la frontera del Norte de Siria y Turquía Oriental. La escuela teológica se transfirió a Nisibi en Turquía Oriental en el año 471. Fue dirigida por el brillante teólogo Narsai. De esta escuela salieron miles de estudiantes para dirigir las Iglesias del Oriente. Varios esfuerzos misioneros también fueron lanzados desde Nisibi – de la misma manera que Iona fue una base para impulsar al Cristianismo Celta en el extremo noroeste. La Iglesia Oriental planto con éxito misiones entre la población nómadas del Medio Oriente y Asia Central entre los mediados 5º siglo al final del 7º siglo. Esto incluyo los esfuerzos plantando iglesias entre los Hunos. Abraham de Cascar que vivió durante el 6º siglo hizo mucho para plantar las comunidades monásticas en todo el Oriente.

Durante los primeros 1200 años, la Iglesia del Oriente, creció tanto geográfica y numéricamente mucho más que la del Oeste. La razón principal fue porque en el Oriente, el trabajo misionero fue en gran medida un movimiento laico. Desde que Europa se había trasladado a la Edad Media con su estricto sistema feudal, nadie viajaba sin permiso, mientras que, en el oriente, el movimiento de comercio y negocios creció. Esto resultó en el movimiento de un gran número de personas que llevaban su fe con ellos.

Otro motivo por el cual la Iglesia del Oriente creció fue la persecución. Como vimos la última vez, antes de Constantino, las persecuciones del Imperio Romano empujo a un gran número de creyentes hacia el Oriente. Entonces, cuando los Sasánidas comenzaron la Gran Persecución de los Cristianos en Persia, esto empujó a gran número de Fieles al sur y más al Este. Tras la persecución que vino bajo Sapor II, otra ronda mucho más grave de persecución estalló a mediados del 5ª siglo que vio a 10 obispos y 153,000 cristianos asesinados en pocos días.

Cuando pensamos en Arabia, muchos piensan inmediatamente del Islam. Pero el Cristianismo había echado raíces en la península mucho antes de que Mahoma llegó a la escena. ¡De hecho, un Obispo de Qatar estaba presente en el Concilio de Nicea en el año 325! La Reina Árabe Mawwiyya, cuyas fuerzas derrotaron a los Romanos en el año 373, insistió en recibir a un Obispo Ortodoxo antes de que ella hiciera la paz. Hubo una misión en la región suroriental de Arabia, en lo que hoy es Yemen antes del nacimiento de Mahoma, tanto por misioneros Nestorianos y Monofisitas. Al comienzo del 6º siglo, había docenas de iglesias a lo largo de toda la costa Árabe del Golfo Pérsico.

El surgimiento del Islam en el 7º siglo era tuvo consecuencias trascendentales para la Iglesia del Oriente. La capital Persa en Ctesifonte cayó en poder de los Arabes en el año 637. Desde que la iglesia en esa ciudad se había convertido en una especie de Roma a la Iglesia de Oriente, el impacto fue enorme. Los Musulmanes eran en ocasiones tolerantes de las minorías religiosas, pero sólo a la medida en que se quedaran en comunidades de los desposeídos conocidos como “dhimmi“. Se convirtieron en ghettos despojados de su vitalidad. Al mismo tiempo que la Iglesia del Oriente estaba siendo desmenuzada por las conquistas Musulmanas, estaba tomando uno de sus pasos mas grandes hacia adelante, llegando a China a mediados del 7º siglo.

Mientras que la Iglesia de Occidente creció principalmente por el trabajo de un clero entrenado y monjes misioneros del Cristianismo Celta, en la parte Oriental, muy a menudo, eran los comerciantes y artesanos cristianos, que propagaron la Fe. La Iglesia del Oriente tenia mucho enfoque en la educación y la lectura. Se entendía que generalmente que ser un seguidor de Jesús significaba una educación que incluia la lectura, la escritura y la teología. Cuando los laicos de la iglesia eran educados, esto significaba una abundancia de trabajadores capaces de propagar la fe – ¡y difundirlo lo hicieron! Los Cristianos a menudo encontraban empleos entre las personas menos avanzadas, sirviendo en las oficinas del gobierno, y también como profesores y secretarios. Ayudaron a resolver el problema del analfabetismo al inventar alfabetos simples basados en la Lengua Siriaca que enmarca su propia literatura y teología.

Lo que al principio fue una bendición, al final, se demostró en ser un obstáculo. Los primeros misioneros no comprendían el principio de la contextualización; que el Evangelio esta sobre la cultura; trasciende las cosas como lengua y tradiciones. Los primeros misioneros que se movieron rápidamente en el Este de Siria suponían que su versión Sirio-Aramea de la fe era la UNICA versión y intentaron convertir a los que conocían a esa fe. Como consecuencia, mientras que unos pocos aceptaban la fe y aprendían el Sirio-Arameo, unas generaciones más tarde, las antiguas religiones y lenguas se reafirmaron por sí mismas y el cristianismo fue disipado o asimilado en la cultura que ya no reflejaba realmente el Cristianismo Bíblico.

La edad de oro de las primeras misiones en Asia Central fue al final del 4º siglo hasta la última parte del 9ª siglo. Después de eso, tanto el Islam y el budismo llegaron a la escena.

Al Noreste de Persia, la Iglesia tenía una pronta y amplia difusión alrededor del Río Oxus. A principios del 4º siglo las ciudades de Merv, Herat y Samarkand tenian obispos.

Una vez que la Fe fue establecida en esta región, se extendió rápidamente más al Este a la cuenca del Río Tarim, en la zona norte de las Montañas Tien Shan, y el Tíbet. Se extendió a lo largo de esta ruta, ya que fue la principal ruta de las caravanas. Con tantos cristianos trabajando en el área de comercio, era natural que el Evangelio fue rápidamente plantado en las rutas de las caravanas y las ciudades que cruzaban.

En el siglo 11 la Fe se comenzó a propagarse entre los pueblos nómadas de las regiones de Asia Central. Estos cristianos eran en su mayoría de los Tártaros y las tribus de los Mongoles de Keraits, Onguts, Uigures, Naimans y Merkits.

No está claro exactamente cuando el Cristianismo llegó a Tíbet, pero lo más probable es que llegó para el 6º siglo. El territorio de los antiguos Tibetanos se extendía más al oeste y al norte que la nación actual, y tenían un amplio contacto con las tribus nómadas de Asia Central. Una Iglesia viva, existía en el Tíbet para el 8º siglo. El patriarca de la Iglesia de Asiria en Mesopotamia, Timoteo I, escribió desde Bagdad en el año 782 que la comunidad cristiana en el Tíbet era uno de los mayores grupos bajo su supervisión. Él designó a un Patriarca Tibetano para supervisar las muchas iglesias. El centro de la iglesia tibetana estaba ubicado en Lhasa y la iglesia creció allí hasta finales del siglo 13, cuando el Budismo arrasó con la región.

 

Una inscripción tallada en una gran roca a la entrada del pase en Tangtse, que antes era parte del Tíbet, pero ahora esta en la India, tiene 3 cruces con algo escrito indicando la presencia de la Fe Cristiana. El pase fue uno de las antiguas rutas principales comerciales entre Lhasa y Bactria. Las cruces tienen el estilo de la Iglesia del Oriente, y una de las palabras parece ser “Jesús.” Otra inscripción dice, “En el año 210 llego Nosfarn desde Samarcanda como emisario al Khan de Tíbet.” Talvez esto no paresca como una referencia al Cristianismo hasta que tomamos un vistazo mas cercano a la fecha. ¡210! Esta sólo tiene sentido en referencia a la medida del tiempo desde el nacimiento de Cristo, que ya era una práctica en la Iglesia.

El antes mencionado Timoteo I se convirtió en el Patriarca de la iglesia de Asiria alrededor del año 780. Su iglesia estaba situada en la antigua ciudad Mesopotámica de Selacia, la gemela más grande de la capital Persa de Ctesifonte. Tenía 52 años y esto ya pasaba la expectativa de vida de la gente de esa época. Timoteo vivió hasta los 90’s, muriendo en el año 823. Durante su larga vida, se dedicó a la conquista espiritual tan enérgicamente como Alejandro el Magno lo hizo con la conquista militar. Mientras que Alejandro construyó un imperio terrenal, Timoteo buscó extender el reino de Dios.

En cada elemento, la trayectoria de Timoteo destruye todo lo que creemos saber acerca de la historia del Cristianismo en ese momento. Él altera las ideas acerca de la distribución geográfica de la Fe, su relación con el poder político, su influencia cultural, y su interacción con otras religiones. En términos de prestigio y la extensión geográfica de su autoridad, Timoteo fue el más importante líder cristiano de su día; mucho más influyente que el Papa de Roma o el patriarca de Constantinopla. Una cuarta parte de los Cristianos del mundo lo miraban a él como un jefe político y espiritual.

Ningún historiador responsable del Cristianismo dejaría fuera a Europa. Omitiendo a Asia de la historia es igual de impensable. No podemos entender la historia Cristiana sin Asia o la historia de Asia sin el Cristianismo. La Iglesia del Oriente no le importaba mucho los acontecimientos Europeos. Timoteo I sabía sobre su contemporáneo Europeo Carlomagno. Los gobernantes Francos intercambiaron misiones diplomáticas con el Califato Musulmán, un desarrollo de que el líder de la Iglesia del Oriente hubiera sido informado. Timoteo I sabía también que Roma tenía su propio líder llamado el Papa. Él ciertamente estaba consciente de las tensiones entre el Papa y el Patriarca de Constantinopla sobre quién era el líder del mundo cristiano. Timoteo pensó probablemente que sus peleas eran tontas. ¿No era obvio que la Iglesia de Oriente eran los verdaderos herederos de la iglesia primitiva? Si Roma señalaba su autoridad desde Pedro, Mesopotamia miraba a Cristo mismo. Después de todo, Jesús era un descendiente de esa antigua familia Mesopotámica de Abraham. ¿Y no fue Mesopotamia la fuente original de la cultura y la civilización?, y claro que igual se puede mencionar la ubicación probable del Jardín del Edén. Fue el Oriente, en lugar que el Oeste, que primero abrazó al Evangelio. El hogar natural del Cristianismo era en Mesopotamia y Puntos hacia el Este. Según la sabiduría geográfica de la época, Selacia se ubicaba en el centro de las rutas de comercio y comunicación del mundo, igualmente colocada entre las civilizaciones que veían respectivamente al Oeste y al Este.

Sobre todas las tierras de lo que hoy es Irak e Irán, los creyentes construyeron iglesias grandes y perdurables. Debido a su posición cerca de la frontera Romana, pero suficientemente lejos para evitar interferencias, Mesopotamia mantuvo una cultura cristiana poderosa que duró hasta el siglo 13. A través de la Edad Media en Europa, la Iglesia Mesopotámica fue mucho mas una sede cristiana cultural y espiritual que Francia o Alemania, o incluso esa base misionera tan importante de Irlanda.

Varias ciudades Mesopotámicas como Basora, Mosul, Kirkuk y Tikrit fueron florecientes centros del Cristianismo durante siglos después de la llegada del Islam. ¡En el año 800 d.C., estas iglesias y las escuelas que tenían eran bibliotecas de la educación clásica de los Griegos, Romanos y Persas a los cuales Europa Occidental no tendría acceso a por otros 400 años!

Simplemente, no existió una “Edad Oscura” en la Iglesia del Oriente. Desde la perspectiva de Timoteo I, la cultura y erudición del mundo antiguo nunca se había perdido. Lo que es más importante, la Iglesia de Oriente no vivió ninguna interrupción entre ellos y la iglesia primitiva que se levantó en Jerusalén en el libro de los Hechos de los Apóstoles.

Considere esto: Fácilmente podemos ver el contraste entre el mundo latino feudal de la Edad Media Europea con la antigua Iglesia de Medio Oriente arraigado en una cultura que hablaba Griego y Arameo. La Iglesia Medieval de Europa se veía a sí misma como bastante alejada de la Iglesia primitiva. Tanto en el lenguaje y formas de pensamiento, eran culturalmente diferentes y distantes. Pero en el tiempo de Timoteo I, es decir, los principios de siglo 9º, la Iglesia del Oriente todavía habla Griego y Arameo. Sus miembros compartían la misma cultura de Medio Oriente y lo seguirían haciéndolo durante siglos. Tan tarde como el 13ª siglo, todavía se llamaban a sí mismos “Nazarenos“, un título que los primeros cristianos usaban. Llamaban a Jesús “Yeshua.” El Clero recibia el título de “rabban” que significa profesor o maestro, relacionado con el hebreo – “rabino.”

Los Teólogos Orientales utilizaban el mismo estilo literario que los autores del Talmud Judío en lugar que las obras teológicas de Europa Occidental. Como dice Philip Jenkins, si alguna vez quisiéramos especular sobre como la iglesia temprana se pudiera haberse visto, si se hubiera desarrollado evitando su alianza con el poder del estado Romano, solo tenemos que mirar hacia el Este.

En repetidas ocasiones, nos encontramos con el Patriarca Timoteo I refiriéndose al hecho de que las Iglesias de Oriente utilizaban textos que fueron perdidos o olvidados en el Oeste. Debido a su proximidad a lugares donde se desarrollo la historia judía y cristiana primitiva, los Eruditos Orientales tenían acceso a abundantes textos y escrituras antiguas. Un indicio de lo que estaba disponible proviene de una de las cartas de Timoteo.

Escrito en el año 800, Timoteo respondio a las preguntas de un Judío en el proceso de su conversión al Cristianismo. Este Judío le dijo al Patriarca de un reciente hallazgo de una gran cantidad de manuscritos antiguos, tantos bíblicos como apócrifos, en una cueva, cerca de Jericó. Los documentos habían sido adquiridos por la comunidad Judía de Jerusalén. Sin duda, esto fue uno de los primeros hallazgos en lo que más tarde llegó a ser conocido como los Pergaminos del Mar Muerto. ¡Gracias a Dios, que este hallazgo no impulso los cazadores de tesoros para saquear las otras cuevas de la zona! En cualquier caso, como ahora, los estudiosos estaban entusiasmados por el descubrimiento. Timoteo respondió con todas las preguntas adecuadas. Quería saber como el hallazgo podía arrojar una luz sobre algunos pasajes de las Escrituras por los cuales el tenia curiosidad. Él estaba ansioso por descubrir cómo los nuevos textos encontrados se comparaban con los textos de las versiones Hebreas del Antiguo Testamento. ¿Cómo se comparan con el Septuaginta Griega? Timoteo estaba encantado de oír que los pasajes de los cuales quería conocer mas existían realmente en los manuscritos antiguos.

Las preguntas de Timoteo son impresionantes cuando se comparan con lo que los eruditos Occidental hubieran hecho con tal hallazgo. No tenían ni idea de las cuestiones planteadas por Timoteo. No podían ni siquiera leer la lengua de los manuscritos antiguos. Sólo un puñado de académicos Occidentales incluso hubieran tenido el conocimiento de cómo sostener los manuscritos: por ejemplo, ¿qué parte era la de arriba? ¿y cómo se leían? ¿de izquierda a derecha o viceversa?

La Iglesia del Oriente que Timoteo I dirigió era devota a la educación y la actividad misionera. Mientras que la Iglesia Latina vio al Océano Atlántico como un muro bloqueando la expansión hacia el Oeste, la Iglesia del Oriente vio a Asia como una vasta región esperando a ser evangelizada.

La Iglesia Oriental fue dividida en regiones conocidas como Metropolitanos. Un Metropolitano era como un arzobispo, bajo los cuales había varios obispos, a los cuales se reportaban un número de sacerdotes y sus iglesias. Para darle una idea de lo extenso de la Iglesia de Oriente – Timothy tenía diecinueve Metropolitanos y ochenta y cinco Obispos que se reportaban a él. En el Oeste, Inglaterra tenía dos arzobispos. Durante el tiempo de Timoteo como Patriarca, cinco nuevas sedes metropolitanas se crearon cerca de Teherán, en Siria, en Turquestán, Armenia, y una en el Mar Caspio. Arabia por lo menos cuatro obispos ordenados y Timothy uno nuevo en Yemen.

Timoteo I fue a la Iglesia del Oriente lo Gregorio I había sido a la Iglesia del Occidente en términos de impulsar un celo misionero. El encargó a los monjes a llevar la fe desde el Mar Caspio hasta China. Informó sobre la conversión del gran rey Turco, llamado Khagan, quien gobernó la mayor parte de Asia central.

En nuestro próximo episodio, echaremos un vistazo como el Evangelio alcanzo al Lejano Oriente.

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25-Y en el Oriente parte 1

25-Y en el Oriente parte 1

Este episodio de Communio Sanctorum se titula: “Y en el Oriente – Parte 1”

En el 5º siglo, el Padre de la Iglesia Jerónimo escribió: “[Jesús] estuvo presente en todos los lugares con Tomás en la India, con Pedro en Roma, con Pablo en Iliria, con Tito en Creta, con Andrés en Grecia, con cada apóstol . . . En su propia región.”

Hasta ahora hemos estado siguiendo el curso mayormente de la Historia Occidental, tanto secular y religiosa, concentrándonos en lo que paso en el Oeste y en el Imperio Romano. Aunque nos profundizamos brevemente en el Imperio Romano Oriental, como Lars Brownworth nos recuerda en su excelente podcast, 12 Emperadores Bizantinos, incluso después que el Occidente cayó en el siglo V, el Imperio del Oriente siguió pensando en si mismo y llamándose propiamente Romanos. Fueron los historiadores posteriores que se refieren a ellos como el Imperio Bizantino.

Recientemente, hemos cambiado el enfoque de nuestra atención al Oriente con la controversia Cristológica del 4º y 5º Siglo. En este episodio, nos quedaremos en el Oriente y seguiremos su ruta de expansión de la fe al moverse hacia el Este. Este es un increíble capítulo muchas veces descuidado en los tratamientos tradicionales de la Historia de la Iglesia. Es tratado ampliamente por Philip Jenkins en su libro, La Historia Pérdida del Cristianismo.

Empezamos todo el camino en el principio, con el apóstol Tomás. Él es vinculado por una tradición bastante sólida de comenzar la propagación del Cristianismo en el Oriente. En la cita del Padre de la Iglesia, Jerónimo, con la cual comenzamos nos enteramos de que el apóstol Tomás llevó el Evangelio al Este todo el camino hacia la India.

A principios del 4º siglo, Eusebio también atribuyó la expansión de la fe en la India a Tomas. Aunque estas tradiciones se enfrentan a algunas controversias, todavía existen el día de hoy los llamados “cristianos de Tomas” en el estado de Kerala en el sur de la India. Utilizan una forma Aramea de culto que tuvo que ser transportada hacia allí desde muy temprano en la historia de la Iglesia. Una tumba y santuario en honor a Tomas en Mylapore está construida de ladrillos utilizados por una colonia comercial Romana que fue abandonado después del año 50 d.C. Hay abundante evidencia de varias colonias comerciales Romanas a lo largo de la costa de la India, con cientos de monedas del 1º siglo y amplias pruebas de comunidades judías. Los judíos eran reconocidos por ser una parte importante de las empresas comerciales romanas. Sus comunidades eran los principales lugares de parada para los misioneros cristianos que seguían el modelo del apóstol Pablo como se describe en el libro de los Hechos.

Una canción conmemorando el rol de Tomas para llevar la fe a la India, no fue escrita hasta el año 1601, pero se dice que la canción había sido preservada en Kerala durante 50 generaciones. Muchos buques comerciales navegaban a la India en el primer siglo cuando el secreto de los vientos del Monzón fue finalmente descubierto, así que es bastante posible que Tomas, efectivamente, hiciera el viaje. Una vez que los monzones fueron finalmente descubiertos, más de 100 buques de comercio al año cruzaron desde el Mar Rojo hasta la India.

Jesús le dijo a los discípulos que anunciaran el Evangelio hasta los confines de la tierra. Mientras que fueron lentos para captar la necesidad de abandonar Jerusalén, la persecución finalmente les motivo para ponerse en movimiento. No es difícil imaginar a Tomas considerando un viaje a la India como una manera literalmente para cumplir el mandato de Cristo. La India hubiera parecido como al final de la tierra. El trabajo de Tomas en la India comenzo en la región noroeste del país. Un escrito del 4º siglo llamado Los Hechos de Tomás dice que él llevó allí a un líder llamado Gundafor a la fe. Esta historia fue rechazada por la mayoría de los eruditos y críticos hasta que una inscripción fue descubierta en el año 1890 junto con algunas monedas que verificaban los 20 años del reinado en el 1º siglo de un Rey Gundafor.

Después de plantar la Iglesia en el Norte, Tomas viajó en barco a la costa de Malabar en el sur. Plantó varias iglesias, principalmente a lo largo del río Pereyra. Predicaba a toda clase de personas y había unos 17,000 convertidos de todas las castas hindúes. Cruces de piedra fueron erigidas en los lugares donde las iglesias fueron fundadas, y se convirtieron en centros de peregrinaciones. Tomas fue cuidadoso en nombrar a dirigentes locales para las iglesias que él fundó.

A continuación, viajó por tierra a la costa sudeste de India y el área alrededor de Madrás. Otro rey local y muchos de sus súbditos fueron convertidos. Pero los Brahmanes, la más alta de las castas de la India, les preocupaba que el Evangelio cambiaria el sistema cultural que estaba a su ventaja, por lo que convencieron al Rey en Mylapore, que arrestara e interrogara a Tomas. Tomas fue condenado a muerte y ejecutado en el año 72 d.C. La Iglesia en esa zona estuvo bajo gran persecución y muchos cristianos huyeron en busca de refugio a Kerala.

Cien años más tarde, según ambos Eusebio y Jerónimo, un teólogo de la gran escuela de Alejandría llamado Pantaenus, viajó a la India para “anunciar a Cristo a los Brahmanes”[1]

Lo que sirvió en confirmar el trabajo de Tomas en la India son los escritos de Bar-Daisan. Al principio del 3º siglo habló de tribus enteras siguiendo a Jesús en el norte de la India y afirmó que habían sido convertidos por Tomas. Tenían numerosos libros y reliquias para demostrarlo. Para el año 226 d.C. había Obispos de la Iglesia del Oriente, en el noroeste de la India, Afganistán y Beluchistán, con miles de laicos y clero involucrarse en la actividad misionera. Una comunidad cristiana tan bien establecida significa que hubo presencia de la fe por los menos por varias décadas.

El primer historiador de la iglesia, Eusebio de Cesarea, a quien le debemos mucho de nuestra información acerca de la Iglesia primitiva, atribuyo a Tomas la propagación del Evangelio en el Oriente. Los que estan familiarizados con la historia del Imperio Romano saben, que los romanos enfrentaban una molestia continua en el Oriente por un grupo Persa tras otro. Su contienda con los Partos y los Sasánidas es cosa de leyenda. La zona de contención entre los romanos y los persas era llamada Osrhoene y su capital era la ciudad de Edesa, situado en la frontera de lo que hoy es el norte de Siria y Turquía oriental. Según Eusebio, Tomas recibió una solicitud de Abgar, el rey de Edesa, para sanar y respondió enviando a Tadeo, uno de los discípulos mencionado en Lucas 10. [2]  Así fue como el Evangelio echó raíces allí. Hubo una importante comunidad judía en Edesa de los cuales el evangelio tuvo varios conversos. Las noticias regresaron a Israel de una comunidad de la Iglesia que crecía en la ciudad en paz y cuando estalló la persecución en el Imperio Romano, muchos de los refugiados se dirigieron al Este para establecerse en un lugar que los recibía.

Edesa se convirtió en un centro de la iglesia de Siria y comenzó a enviar misioneros al Oriente a Mesopotamia, al norte de Persia, a Asia Central, y aún más hacia el este. El misionero Mari logró sembrar una iglesia en la capital Persa de Ctesifonte, que se convirtió en un centro de la actividad misionera para la zona.

A finales del 2º siglo, el cristianismo se había extendido por Media, Persia, Partía, y Bactria. Las 2 docenas de obispos, que supervisaban la región llevaron a cabo su ministerio como misioneros itinerantes en vez de quedarse en una sola ciudad y iglesia. Ellos son a los que seguían en los pasos de Pablo; se ganaban su sustento como comerciantes y artesanos que compartían su fe dondequiera que iban.

Para el año 280 d.C. las iglesias de Mesopotamia y Persia adoptaron el termino “Católica” para confirmar su unidad con la iglesia occidental durante los últimos días de la persecución por los Emperadores Romanos. En el año 424 la iglesia de Mesopotamia celebró un consejo en la ciudad de Ctesifonte donde eligieron su primer Obispo principal que tenia jurisdicción sobre toda la Iglesia del Oriente, en la India y Ceilán, lo que hoy es Sri Lanka. Ctesifonte fue un punto importante en las rutas comerciales entre el Este y el Oeste, que se extienda a la India, China, Java, y Japón.

El cambio de la autoridad eclesiástica se movió lejos de Edesa, que en el año 216 se convirtió en tributario de Roma. El establecimiento de un Patriarcado independiente contribuyo a una actitud más favorable por parte de los Persas, al no tener que temer que tuvieran una alianza con los odiados Romanos.

Al Oeste de Persia estaba el antiguo reino de Armenia, que había sido jugada como pelota política entre los Persas y Romanos durante generaciones. Tanto los Persas y Romanos utilizaron a Armenia como un lugar para probar nuevas maniobras diplomáticas el uno con el otro. Los pobres Armenios sólo querían que los dejaran solos, pero no había sido posible, dada su ubicación entre los dos imperios. Armenia tiene la distinción histórica de ser el primer estado que adoptó al Cristianismo como la religión nacional, fue incluso antes de la conversión de Constantino el Grande a principios del 4º siglo.

El que llevó el Evangelio a Armenia fue un miembro de la familia real llamado Gregorio “el Iluminador”. Durante su infancia, la familia de Gregorio fue desterrada de Armenia a Capadocia cuando pensaron que su padre había sido parte de un complot para asesinar al Rey. Como un adulto que se había convertido al Cristianismo, Gregorio volvió a Armenia, donde compartió la fe con el Rey Tiridates quien gobernó al comienzo del 4º siglo. Tirïdates se convirtió y el hijo de Gregorio le siguio como Obispo de la nueva Iglesia de Armenia. Este hijo asistió al Concilio de Nicea en el año 325. La cristiandad de Armenia ha permanecido como una marca importante y distintiva de la Fe, con 5 millones de habitantes, que siguen profesando lealtad a la Iglesia de Armenia[3]

Aunque la persecución llegó a su fin oficial en el Imperio Romano con el Edicto de Tolerancia de Constantino en el año 313, comenzó en la iglesia en Persia en el año 340. La causa principal de persecución fue política. Cuando Roma se hizo Cristiana, su viejo enemigo giro a ser anti-cristiano. Hasta ese punto, la situación era al revés. Por los primeros 300 años fue en el Oeste, que los cristianos fueron perseguidos y Persia era un refugio. Los Partos fueron religiosamente tolerantes y sus sucesores los Sasánidas estaban demasiado ocupados luchando contra Roma para perder tiempo o esfuerzo en los cristianos entre ellos.

Pero en el año 315 una carta de Constantino a su contraparte Persa Sapor II desencadenó el comienzo de un cambio en la actitud Persa hacia Los Cristianos. Constantino creía que estaba escrito para ayudar a sus compañeros creyentes en Persia, pero sólo sirvió para exponerlos. Escribió al joven gobernante Persa: “Me alegra saber que las más bellas de las provincias de Persia están adornadas con los cristianos. Ya que ustedes son tan poderosas y piadosos, los encomiendo a vuestro cuidado y los dejo bajo su protección.”

Los planes y las intrigas que había fluido por generaciones entre Roma y los Persas eran tan intensas que esta carta movió a Sapor a ser sospechoso de la cristianos como espías que estaban trabajando desde el interior del Imperio para traer la caída de los Sasánidas. Cualquier duda se quito, 20 años más tarde, cuando Constantino reunió a sus fuerzas para la guerra. Eusebio nos dice que Obispos Romanos acompañaron al ejército a la batalla. Para empeorar las cosas, en Persia, uno de sus propios predicadores predijo que Roma derrotaría a los Sasánidas.

No es de extrañar, cuando la persecución comenzó un poco después, que la primera acusación en contra de los cristianos era que ayudaban al enemigo. Sapor ordenó un doble impuesto sobre los cristianos y puso a su Obispo como responsable para recogerlo. Sapor sabía que muchos de los cristianos eran pobres, ya que muchos de ellos habían venido desde el Oeste, huyendo de la persecución, y el obispo tendría mucha dificultad en recaudar los fondos. Pero el Obispo Simón se negó a ser intimidado. Declaró al impuesto como injusto y dijo, “¡Yo no soy recaudador de impuestos! Soy pastor de la grey del Señor.”-Sapor declaro que la iglesia estaba en rebeldía y comenzaron las matanzas.

Un segundo decreto ordenó la destrucción de las iglesias y la ejecución de los sacerdotes que se negaron a participar en la ceremonia de adoración del sol patrocinado por los Sasánidas. El obispo Simón fue capturado y llevado ante Sapor. Le ofrecieron un soborno gigantesco para obedecer, él se negó. Los Persas prometieron si sólo él renunciaría a Cristo, el resto de la comunidad cristiana no serían perjudicada, pero que si se negaba serían condenados todos los cristianos a la destrucción. Cuando los cristianos se enteraron de esto, se alzaron protestando que esto era una vergüenza. Así que el obispo Simón y un gran número del clero fueron ejecutados.

Por los próximos 20 años, los cristianos fueron perseguidos desde un extremo de Persia hasta el otro. A veces era masacre general. Pero más a menudo era la organizada eliminación de los líderes de la iglesia.

Otra forma de represión fue la búsqueda de la parte de la comunidad cristiana que era más vulnerable a la persecución; Persas que se habían convertido del Zoroastrismo. La fe se había propagado primero entre los no-persas en la población especialmente de los Judíos y Sirios. Pero al comienzo del 4º siglo, los Persas en grandes números fueron atraídos a la fe cristiana. Para tales conversos, la conversión a la iglesia a menudo significaba la pérdida de todo: la familia, los derechos de propiedad, incluso la vida.

El martirio del obispo Simón y los años de la persecución que siguieron destruyó el liderazgo y la organización de la iglesia Persa. Tan pronto como los cristianos de Ctesifonte elegían a un nuevo obispo, era secuestrado y asesinado. Junto con la motivación anti-romana del gobierno, las persecuciones incluían un profundo trasfondo de fanatismo Zoroastro que surgió como resultado de la conversión de muchos de ellos al Cristianismo; fue un ejemplo espantoso de la envidia religiosa.

Poco antes de la muerte de Sapor II en el año 379, la persecución disminuyo. Duró 40 años y sólo terminó con su muerte. Cuando por fin el sufrimiento cesó, se calcula que cerca de 200.000 cristianos Persas habían sido condenados a muerte.

[1] Yates, T. (2004). The expansion of Christianity. Lion Histories Series (28–29). Oxford, England: Lion Publishing.

[2] Yates, T. (2004). The expansion of Christianity. Lion Histories Series (24). Oxford, England: Lion Publishing.

[3] Yates, T. (2004). The expansion of Christianity. Lion Histories Series (25). Oxford, England: Lion Publishing.

24-¿Porque no podemos llevarnos bien?

24-¿Porque no podemos llevarnos bien?

El título de este episodio es, “¿Porque no podemos llevarnos bien?”

En nuestro último episodio comenzamos a mirar cómo la Iglesia del 4º y 5º siglo intentó describir la Encarnación. Una vez que el concilio de Nicea afirmó la deidad de Jesús, junto con su humanidad, los líderes de la Iglesia se quedaron con la tarea de encontrar las palabras adecuadas para describir quién era Jesús. Si él era Dios y Hombre, como el Credo Nicea decía, ¿cómo se relacionaban estas dos naturalezas una con la otra?

Hemos estudiado cómo las iglesias de Alejandría y Antioquía eran diferentes en sus enfoques en como comprender y enseñar la Biblia. Aunque Alejandría era reconocida como un centro de enseñanza, la iglesia en Antioquía seguía produciendo líderes de la iglesia que fueron llamados a tomar la posición tan importante de Obispo de Constantinopla, en el centro político del Imperio de Oriente. Mientras que Roma era indiscutiblemente la iglesia principal en el Oeste, Alejandría, Antioquía y Constantinopla competían entre sí sobre quién tomaría la iniciativa en el Oriente. Pero la verdadera contienda era entre Alejandría en Egipto y Antioquía de Siria.

La disputa entre las dos ciudades y sus iglesias se hizo evidente durante la época de Juan Crisóstomo de Antioquía y Teófilo, Obispo principal de Alejandría. Por la gran reputación de Juan como un predicador fenomenal, fue escogido para ser Obispo en Constantinopla. Pero las críticas de Juan hacia la decadencia de los ricos, junto con que se rehusaba a moderar sus llamadas de atención hacia las acciones de la Emperatriz, lo hizo caer fuera de favor. Supongo que puedes ser un gran predicador, tanto que no enfoques tu predicación hacia las personas en el poder. Teófilo estaba celoso de la promoción de Crisóstomo de Antioquía a la capital y utilizó el clima político en contra de Juan para llamar a un sínodo en el cual Juan fue destituido de su posición como Patriarca de Constantinopla.

Este fue como la primera ronda del match en la pelea entre Alejandría y Antioquía. La segunda ronda 2 y la ronda decisiva fue el siguiente paso en la contienda entre 2 hombres; Cirilo & Nestóreo.

Cirilo era el sobrino de Teófilo y asistió a su tío en el Sínodo del Encino en el cual Juan Crisóstomo fue condenado. Cirilo aprendido bien sus lecciones y las aplico con mayor ferocidad para derribar a su oponente, Nestóreo.

Antes de proceder con estos 2, necesito retroceder un poco y aburrirlos grandemente con unos detalles técnicos.

Advertencia: Alerta a continuación, verán palabras largas, difíciles de pronunciar, y absolutamente olvidables.

Recuerden è La gran cuestión teológica en la mente de todos durante este tiempo era cómo entender a Jesús.

Bueno, lo entendemos:

Nicea à El Credo ha sido aceptada como doctrina cristiana básica.

Los Padres Capadocios nos han dado la fórmula correcta para comprender la Trinidad.

Hay 1 Dios en 3 personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Ahora, a lo siguiente: Jesús es Dios y hombre. ¿Cómo funciona esto? ¿Es 2 personas o 1? ¿Tiene 1 naturaleza o 2? Y SI 2, ¿cómo se relacionan las naturalezas la una a la otra?

Un par de ideas estaban flotando para resolver el problema, pero se quedaron cortos; fueron Eutiquianismo y Apolinarismo.

Apolinar de Laodicea vivió en el 4º siglo. El fue un defensor del Credo de Nicea, decía que en Jesús el Logos divino sustituyó el alma humana. Jesús tuvo un cuerpo humano en el cual habitaba un espíritu divino. Nuestro viejo amigo Atanasio condujo el sínodo de Alejandría en el año 362 para condenar este punto de vista, pero no nombro específicamente a Apolinar. Veinte años más tarde, el Concilio de Constantinopla hizo justamente eso. Gregorio Nacianceno dio el argumento decisivo en contra del Apolinarismo diciendo, “Lo que no se asume no fue sanado” que significa, que para que la totalidad del cuerpo, alma y espíritu de una persona sean salvos, Jesucristo debió haber tomado una naturaleza humana completa.

Eutiques fue, cómo describirlo… un anciano-Anciano, un líder importante, un anciano monje en Constantinopla, que aboga por una naturaleza para Jesús. El Eutiquianismo decía que aunque en la encarnación, Jesús era Dios y hombre, su naturaleza divina totalmente había abrumado su naturaleza humana, como una gota de vinagre se pierde en el mar.

Los que mantenían la doble naturaleza de Jesús como totalmente Dios y totalmente hombre seguían al Diofisismo. Aquellos que defendían una sola naturaleza seguían al Monofisismo.

Lo que sucedió entre Cirilo y Nestóreo fue esto . . .

Nestóreo fue un anciano y encargado de un monasterio en Antioquía cuando el Emperador Teodosio II lo eligió para ser Obispo de Constantinopla en el año 428.

Ahora, lo que estoy a punto de decir algunas personas lo encontrarán difícil de digerir, pero mientras Nestóreo se asoció con el nombre de una de las principales herejías que dividio a la iglesia, probablemente no fue culpable el error del cual es acusado. Lo que Nestóreo si era culpable era de ser necio y insensato. Su historia fue típica de varios de los hombres que fueron elegidos para dirigir la iglesia de Constantinopla del 4º al 7º siglo; predicadores eficaces pero pésimos administradores y con graves carencias en tratar con la gente. Miren, si van a estar elegidos para dirigir a la Iglesia en el centro político del imperio, es mejor que sean expertos operadores políticos, así como un hombre de una moral y ética de excelencia. También una fuerte dosis de tacto debería haber sido un pre-requisito. Pero desafortunadamente los seleccionados llegaron a la capital en una campaña de limpiar casa. Y muchos de ellos parecen haber pensado que la sutileza era una herramienta del diablo.

Tan pronto como llegó Nestóreo a Constantinopla, comenzó una dura campaña en contra de los herejes, y los herejes eran cualquiera con el cual el no estaba de acuerdo. No tardo mucho en que sus enemigos lo acusaran de lo mismo que el acusaba a los demás. Pero en su caso, las acusaciones, eran nacidas de la envidia.

Donde decidieron tomar ofensa fue cuando Nestóreo rechazo el uso de la palabra “Theotókos“. La palabra significa Portador de Dios, y fue utilizado por la iglesia de Alejandría para la madre de Jesús. Mientras que los de Alejandría rechazaban el Apolinarismo, hacian hincapié en la naturaleza divina de Jesús, diciendo que sobrellevaba su naturaleza humana. El obispo de Alejandría, Cirilo, fue aun más celoso porque habían escogido a Nestóreo de Antioquia como obispo de la Capital. De la misma manera que su tío Teófilo había tomado ventaja de la desgracia de Crisóstomo para destituirlo, Cirilo planeo como destruir al cada vez más impopular Nestóreo. La batalla en torno a la palabra “Theotókos“, se convirtió en el punto de controversia, la grieta necesaria para que Cirilo quitara a Nestóreo de su posición.

A los que apoyaban la teología Alejandrina, Theotokos parecía enteramente apropiada para María. Decían que ella si Portaba a Dios cuando Jesús se encarnó en su vientre. ¡Y negarlo era negar la deidad de Cristo!

Nestóreo y sus muchos seguidores estaban preocupados que el título de “Theotokos” haría a María una diosa. Nestóreo sostuvo que María fue la madre del hombre que estaba unido con el Logos divino, y nada debe decirse que podría implicar que ella era la “Madre àde Dios”.  Nestóreo prefiera el título Cristokos; María fue la Portadora de Cristo. Pero carecía de un vocabulario y la sofisticación teológica para relacionar las naturalezas humana y divina de Jesús de una manera convincente.

Cirilo, por otro lado, argumento de una manera convincente, su posición desde las Escrituras. En el año 429, Cirilo defendió el término Theotókos. Su texto clave fue Juan 1:14, “El Verbo se hizo carne”. Me encantaría lanzarme a una descripción detallada de las facetas de la discusión entre Cirilo y Nestóreo sobre la naturaleza de Cristo, pero creo que dejaría a la mayoría, incluyéndome a mi, sin entender mucho mas de lo que sabemos ahora.

Baste decir, Nestóreo mantuvo la doble naturaleza-en-una-persona de Cristo mientras que Cirilo tomo la línea tradicional de Alejandría y dijo que mientras Jesús tenia técnicamente dos naturalezas humana y divina, la divina abrumaba a la humana, de modo que efectivamente operaba como Dios en un cuerpo físico.

El punto en que este debate se calento fue sobre la cuestión de que si realmente Jesús sufrió o no en su pasión en la cruz. Nestóreo decía que el hombre Jesús sufrió, pero no su naturaleza divina, mientras que Cirilo decía que la naturaleza divina si verdaderamente sufrió.

Cuando el obispo Romano Celestino se enteró de la controversia entre Cirilo y Nestóreo, seleccionó a un hombre de la iglesia llamado Juan Casiano para responder a Nestóreo. Lo hizo en su obra titulada Sobre la Encarnación en el año 430 d.C. Casiano tomo el lado de Cirilo, pero quería traer a Nestóreo a estar en armonía con la iglesia otra vez. Dejando el deseo de Casiano de traer Nestóreo hacia su concepto de la ortodoxia, Celestino entró en una unión con Cirilo en contra de Nestóreo y la iglesia de Antioquía de donde procedía. Un Sínodo en Roma en el año 430 d.C. condeno a Nestóreo, y Celestino le pidió a Cirilo que llevara a cabo los procedimientos en contra de él.

Cirilo condenó Nestóreo en un sínodo en Alejandría y le envió un aviso con una carta de presentación listando 12 anatemas en contra de Nestóreo y cualquiera que estuviera en desacuerdo con la posición de Alejandría. Por ejemplo à “Si alguien no confiesa que Emmanuel es el verdadero Dios, y no reconoce a la Santísima Virgen como Theotokos, porque dio a luz la carne del Verbo de Dios hecho carne, que el sea anatema.”

Recibiendo la carta de Cirilo, Nestóreo humildemente renunció y se fue a una tranquila jubilación en una casa de retiro en Illyrium. à Uh, no exactamente. Siguiendo su modo normal de operar, Nestóreo ignoro el veredicto del Sínodo.

El Emperador Teodosio II llamó un consejo general a reunirse en Éfeso en el año 431. Este Consejo es a veces es llamado el Sínodo de los Ladrones porque se convirtió en una sangrienta batalla por los partidarios de Cirilo. Los obispos reunidos en Éfeso, rápidamente se dieron cuenta que el Consejo estaba más enfocado en la política que en la teología. Esto no iba a ser un debate hablando sobre textos, palabras y gramática. Iba a ser un concurso físico. Vamos a resolver las disputas doctrinales con palos en lugar de libros.

Cirilo y su pandilla de monjes egipcios armados con palos, y utilizo la palabra pandilla intencionadamente, tuvo el apoyo del obispo de Éfeso, Memnon, junto con la mayoría de los obispos de Asia. El Consejo comenzó el 22 de junio del año 431 d.C., con 153 obispos presentes. 40 más tarde dio su aprobación a sus conclusiones. Cirilo presidió sobre el evento. Nestóreo fue ordenado a asistir, pero sabía que era un asunto en su contra y se negaron a venir. Fue destituido y excomulgado. Éfeso se regocijó.

El 26 de junio, Juan, obispo de Antioquía, junto con los obispos de Siria, que se habían retrasado, finalmente llegaron. Juan celebró un consejo rival compuesta de 43 obispos y representantes del emperador. Declaro a Cirilo & Memnon destituidos. Nuevas sesiones de consejos rivales añadieron al número de excomuniones.

Un reporte le llegó al Emperador Teodosio II, y los representantes de ambos lados trajeron su caso ante el. El primer instinto de Teodosio era confirmar las sentencias de Cirilo, Memnon, y Nestóreo. Mejor deshacerse de todos ellos y los problemas que habían causado. Pero un espléndido regalo de Cirilo persuadió al Emperador a disolver el Consejo y enviar a Nestóreo al exilio. Un nuevo obispo de Constantinopla fue consagrado. Cirilo regresó en triunfo a Alejandría.

Desde una perspectiva histórica, es lo que sucedió DESPUES del concilio de Éfeso, que fue mucho más importante. Juan de Antioquía envió a un representante a Alejandría con un credo que incluía las dos posiciones en un punto medio. Esto afirmó la dualidad de naturalezas, en contraste con la formulación de Cirilo, pero aceptó la Theotokos, a diferencia de Nestóreo. Este punto mediador anticipo decisiones que fueron alcanzadas en el próximo Consejo general de la iglesia en Calcedonia.

Cirilo estuvo de acuerdo con el credo y la reunificación de las iglesias tomo lugar en el año 433. Desde entonces, los historiadores se han preguntado si Cirilo era un gran líder al aceptar el credo mediador o simplemente acepto cínicamente porque él había logrado su propósito real; al deshacerse de Nestóreo. De cualquier manera, el verdadero perdedor fue Nestóreo. Teodosio mando quemar sus libros, y muchos de los que habían estado de acuerdo con la teología de Nestóreo retiraron su apoyo.

Aquellos que representaban su énfasis teológico siguieron llevando a cabo su trabajo en el este de Siria, convirtiéndose en lo que la historia llama a la Iglesia Oriental, un movimiento del evangelio que pronto veremos, alcanzó hasta el Océano Pacífico.

Mientras estaba en el exilio, Nestóreo escribió un libro en el que exponia la historia de su vida y defendía su posición. Comentarios modernos de Nestóreo encuentran que fue mas cismático en temperamento que un hereje. Él negaba la herejía de la cual estaba acusado, que el humano Jesús y el divino Cristo eran 2 personas diferentes.

Veinte años después del concilio de Éfeso, que muchos consideran un grave error, otro fue llamado en Calcedonia. Las enseñanzas de Nestóreo fueron declaradas herejías y fue oficialmente destituido. Aunque ya estaba en el exilio, fue desterrado ahora por un acto de la Iglesia en lugar del Emperador. En uno de esos datos curiosos de la historia, aunque lo que Nestóreo enseñaba acerca de Cristo fue rechazado, resultó ser la posición adoptada por el Credo que salió del Concilio de Calcedonia. Cuando le llegó a Nestóreo en el exilio la noticia de la conclusión del Consejo el dijo que solo habían ratificado lo que él siempre había creído y enseñado.

Hay mucho que aprender de esta historia de conflicto y resolución.

En primer lugar, muchas de las doctrinas que damos por sentado como parte integral de la fe cristiana ortodoxa, surgieron a través una gran lucha y muchos debates de algunas de las mentes más brillantes que la historia ha conocido. A veces, esas ideas eran populares y las seguían porque eran convenientes. Pero la política no puede sostener una idea falsa. Siempre hay fieles, hombres y mujeres que aman la verdad, porque es verdad, y no porque les va a ganar poder, influencia o ventaja. Pueden sufrir a manos de los corruptos por una temporada, pero siempre prevaleciendo al final.

Deberíamos estar agradecidos, no sólo con Dios por darnos la verdad en su Palabra y el Espíritu para comprenderla, pero también por las personas que estaban dispuestas a un gran costo para ellos mismos pasar peligros para asegurarse que la verdad prevaleciera sobre el error.

Segundo, muchas veces, la gente mira hacia atrás a la “Iglesia Primitiva” y asume que fue un tiempo maravilloso de dulce armonía. La vida era sencilla, todos estaban de acuerdo y nunca nadie se peleaba. ¡No fue así!

¿No han leído la Biblia? Los discípulos siempre estaban discutiendo sobre quién era el mayor. Pablo y Bernabé tuvieron una separación por causa de Juan Marcos. Pablo tuvo que ponerse en la cara de Pedro cuando empezó a actuar como hipócrita.

Sí, claro, en el libro de Hechos leemos acerca de un breve periodo de tiempo cuando el amor de la congregación era tan extraordinario que sacudió a la ciudad de Jerusalén hasta lo mas profundo y resulto en muchos viniendo a la fe. Pero eso fue sólo un breve momento que pronto paso.

Dios quiere que su pueblo este en unidad. La verdadera unidad, en la verdad del Evangelio, es una potente y increíble prueba de nuestra fe. Pero la idea de que la Iglesia primitiva era una Edad de Oro de la unidad es una ficción. El libro de Philip Jenkins sobre la batalla sobre la Cristología del 4º y 5º siglo. es titulado, Las Guerras sobre Jesús.

La Iglesia en su totalidad tendría un enfoque mejor hoy en día, en la búsqueda de la unidad. Con cada congregación local centrando sus esfuerzos en amar y servirse los unos a los otros a través del poder del Espíritu. Es inevitable si se destacaban en hacerlo, empezarían a ver a todas las iglesias y los creyentes de la misma manera, y la unidad sería real en lugar de ser un programa con una fecha de inicio y final o una campaña basada en personalidades y publicidad.

Oye, ahora que lo pienso, eso es lo que COMENZO ese breve momento glorioso de armonía en Jerusalén entre los seguidores de Jesús, que se amaron y sirvieron los unos a los otros en el poder del Espíritu. Nos vemos la próxima vez.

23-Y ustedes ¿Quién dicen que es El?

23-Y ustedes ¿Quién dicen que es El?

Este episodio es titulado, “Y ustedes ¿Quién dicen que es El?”

Comenzamos este episodio con la lectura del Credo de Calcedonia del año 451 d.C., la porción dedicada a la visión ortodoxa de Cristo.

Nosotros, entonces, siguiendo a los santos Padres, todos de común consentimiento, enseñamos a los hombres a confesar a Uno y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en Deidad y también perfecto en humanidad; verdadero Dios y verdadero hombre, de cuerpo y alma racional; cosustancial (coesencial) con el Padre de acuerdo a la Deidad, y cosustancial con nosotros de acuerdo a la Humanidad; en todas las cosas como nosotros, sin pecado; engendrado del Padre antes de todas las edades, de acuerdo a la Deidad; y en estos postreros días, para nosotros, y por nuestra salvación, nacido de la virgen María, de acuerdo a la Humanidad; uno y el mismo, Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, para ser reconocido en dos naturalezas, inconfundibles, incambiables, indivisibles, inseparables; por ningún medio de distinción de naturalezas desaparece por la unión, más bien es preservada la propiedad de cada naturaleza y concurrentes en una Persona y una Sustancia, no partida ni dividida en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, y Unigénito, Dios, la Palabra, el Señor Jesucristo; como los profetas desde el principio lo han declarado con respecto a Él, y como el Señor Jesucristo mismo nos lo ha enseñado, y el Credo de los Santos Padres que nos ha sido dado. AMEN

Compare esto con las sencillas palabras del Credo de los Apóstoles citada por muchos cristianos de la memoria 300 años antes.

Creo en . . . Jesucristo, Hijo unigénito de Dios, nuestro Señor, quien fue concebido por el Espíritu Santo, nacido de María Virgen, sufrió bajo Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado. Él descendió al infierno. Al tercer día resucitó de entre los muertos. Él ascendió al cielo y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.

Bastante diferencia. ¿Qué causó que la Iglesia usara un idioma exigente acerca de quién era Jesús entre el comienzo de la 2º y hasta mediados del 5º siglo? Ese es el tema de este y el próximo episodio. A lo largo del camino, veremos acontecimientos interesantes en la iglesia y conoceremos a algunos personajes coloridos.

En el capítulo 16 de Mateo, leemos acerca de un tiempo en la región de Cesárea de Filipo en Galilea cuando Jesús les preguntó a sus discípulos, ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Después de escuchar lo que decía la gente en ese tiempo, Jesús les preguntó “Y ustedes ¿quién dicen ustedes que soy Yo?” y esto establece el escenario para que Pedro confiese su fe en Jesús como el Mesías.

Pensaríamos que la afirmación de Jesús de la respuesta de Pedro pusiera fin a la controversia. Fue sólo el comienzo. Esa controversia rugió en la iglesia durante los próximos 500 años mientras los líderes de la Iglesia contendieron con COMO entender quien era Jesús.

Ya hemos hablado de este tema en episodios anteriores. Les había mencionado que volveríamos a tratarlo específicamente en un futuro episodio. Este es el episodio; y es la razón por la cual necesitamos ir un poco mas lento y tomarnos nuestro tiempo en repasar la historia de la controversia en torno a cómo entender quién era Jesús. Necesitamos acampar aquí un poco, porque este tema consumió una buena cantidad de la energía intelectual de la Iglesia durante el 4º y 5º Siglo.

Hoy, aceptamos fácilmente la visión ortodoxa de la Trinidad y la Naturaleza de Jesús como Dios y Hombre; no nos percatamos de la agonía que pasaron los primeros Padres de la Iglesia mientras trabajaban COMO precisamente poner en palabras, justo lo que los cristianos creen. Un teólogo dijo que la teología es el arte de hacer distinciones. En ninguna parte es más evidente que aquí, en nuestra examinación de cómo los teólogos ortodoxos describían a Cristo.

El primer gran Concilio Ecuménico que se celebró en Nicea en el año 325 d.C., fue impulsado por el Emperador Constantino. Unos 300 Obispos representantes de todo el mundo Cristiano asistieron a forjar su respuesta al Arrianismo; la idea de que Jesús era humano, pero no divino. Mientras el Consejo se prolongo, Constantino, desesperado para volver a la administración del Imperio, presiono a los Obispos a aprobar una declaración que afirmaba que Jesús era Dios y Hombre. Pero muchos de los obispos de Nicea se fueron descontentos con la redacción de las palabras del Credo de Nicea. Sentían que eran imprecisas. No lograban captar la verdad plena de quién era Jesús. Esta falta de apoyo para el Credo de Nicea abrió las puertas a muchas de las controversias que más tarde asolarían a la Iglesia. El Concilio de Calcedonia 125 años más tarde endureció el idioma de Nicea, pero no altero fundamentalmente el credo. Echemos un vistazo al tiempo entre Nicea y Calcedonia . . .

A veces, en un intento de dar claridad a una situación compleja, simplificamos demasiado. Corro el riesgo de hacerlo aquí. Pero siendo lo mas breve posible, pido la paciencia de los oyentes mientras trazo el camino del año 325 al 451 d.C.

Después de Nicea, con la afirmación de que Jesús es Dios y Hombre, la Iglesia tenía que ponerlo en armonía con la realidad Bíblica de que hay UN solo Dios, no dos. Y ESPERA, alguien preguntó: ¿qué pasa con el Espíritu Santo; no dice la Biblia que él también es Dios? La declaración clásica y ortodoxa de la Trinidad, que Dios era 1 en sustancia o esencia, pero 3 personas no fue algo que todo el mundo aceptó inmediatamente. No fue si como en el Concilio de Nicea se tomo un voto y se acordó que Jesús era una deidad y humano al mismo tiempo. ¿Entonces alguien levantó su mano y dijo, “¿pero no hay solo un Dios?”

Sí. à Bueno, ¿entonces cómo podemos describir a Dios ahora? Esperaron en silencio durante aproximadamente 14 segundos y luego alguien dijo, “Que les parece esto: Vamos a decir que Dios es uno en esencia y tres en persona.” Todos sonrieron y dieron su consentimiento, le dieron a ese chico una palmada en la espalda y dijeron, “Muy bien, ¡listo! Allí esta: ¡la Trinidad! Nuestro trabajo aquí está hecho. Vamos por una pizza.”

No; se tomó mucho tiempo en obtener el texto con las palabras precisas. Lo que lo hacia difícil es que estaban trabajando en 2 idiomas, Griego y Latín. Una formulación que parecía tener sentido en griego no se traducía al Latín, y viceversa.

Tomó el trabajo de los Padres Capadocios, Basilio el Grande de Cesárea, y su hermano Gregorio de Nisa y su amigo cercano Gregorio Nacianceno que trabajaron en la redacción con palabras que dejo satisfechos a la mayoría de los obispos y puso el fundamento clásico de la doctrina ortodoxa de la Trinidad. El Concilio de Constantinopla en el año 381 fue llamado a hacer esta fórmula Trinitaria oficial. Este fue un año después de que el Emperador Teodosio I declaró al cristianismo la religión oficial del Estado.

Así, con ese proceso teológico importante fuera del camino, se pasó al siguiente tema. Y allí es donde se complico todo.

Si Jesús es Dios y Hombre, ¿cómo podemos entender eso? ¿Tiene dos naturalezas, o 1 de las naturalezas tiene control de la otra? O hay un tercer camino: ¿la naturaleza humana y divina se fusionaron a una nueva naturaleza híbrida?

Un montón de diferentes grupos presentaron sus opiniones y la lucha fue dura para que su formulación doctrinal se convertiera en la posición oficial de la Iglesia.

El Concilio de Éfeso en el año 431 salió con una posición que elevaba a 1 de las naturalezas, mientras que el Consejo en Calcedonia lo altero 20 años más tarde, afirmando las 2 naturalezas de Jesús.

Fue evidente para los líderes de la Iglesia después del Concilio de Constantinopla que el dolor de cabeza que se quitaron con la solución al problema de la Trinidad se agrego al problema Cristológico que surgió en los años siguientes.

Para comprender cómo esta cuestión se resolvió, necesitamos echar un vistazo a la rivalidad que creció entre 2 iglesias; una rivalidad impulsada en gran parte por el cristianismo siendo liberado de la persecución y elevado a ser la aliada del Estado. Las 2 iglesias eran Alejandría y Antioquía.

El debate sobre cómo entender la Persona y las Naturalezas de Jesús fue comenzado en el Imperio de Oriente. El Occidente no estaba tan involucrado porque Roma simplemente no veía tantos desafíos en su creencia en la doble naturaleza de Cristo. Así que, aunque no fueron el escenario de tanta agitación teológica, jugaron un papel importante en la forma en que la controversia fue resuelta.

La rivalidad Política entre Alejandría y Antioquía se venia desarrollando desde hace algún tiempo. Estando las dos en el Oriente, ambas iglesias competían entre sí para mandar a sus Obispos a Constantinopla, la nueva Roma y el centro político del imperio de Oriente. Al tener uno de sus Obispos promovidos a la capital significa que tenían derechos de jactarses y podría resultar en más poder y prestigio para el Alejandría o Antioquia. Dos obispos de Antioquía que fueron mandados a Constantinopla fueron Juan Crisóstomo, que ya hemos examinado, y Nestóreo, que lo veremos mas adelante.

Además de su celo eclesiástico, había muchas diferencias en tradiciones culturales y teológicas en las iglesias de Antioquía y Alejandría. La iglesia de Antioquía tenia una conexión mas profunda con las raíces judías en Jerusalén. Había una fuerte tradición de investigación racional. Fue en Antioquía que los líderes de la iglesia habían leído profundamente en el Antiguo Testamento para encontrar muchos de los grandes tipos que apuntaban a Jesús. Ellos estudiaron las Escrituras a través del lente de la interpretación literal, la alegría que Dios se hizo hombre en la persona de Jesús.

La Iglesia en Alejandría era diferente. Había crecido bajo la influencia del Judaísmo filosófico como visto en Philo y pasado a eruditos como Clemente y Orígenes. Los Alejandrinos tenían una tradición contemplativa de la piedad, como se podría esperar de una iglesia cercana del desierto Egipcio donde los ermitaños consiguieron su comienzo y habían sido héroes de la fe durante generaciones. En la interpretación de las Escrituras, la Iglesia de Alejandría desarrolló y estuvo dedicada al método alegórico. Este veía el verdadero significado de la escritura como las realidades espirituales escondidas en sus palabras literales y históricas.

Mientras que los líderes en Antioquía veían a Jesús como Dios que había venido como hombre, en Alejandría estaban de acuerdo que Jesús era un hombre, pero su naturaleza divina era totalmente abrumaba por la naturaleza humana, de modo que él sólo había 1 operando eficazmente; la naturaleza divina.

Las diferencias entre Antioquía y Alejandría ya habían surgido en sus distintos enfoques en refutar el error de Arrianismo. Que nunca se reconciliaron estableció el escenario para todas las asperezas que persistieron durante el debate sobre Jesús. Los Arrianos se enfocaban mucho en pasajes del NT que parecían sugerir la subordinación de Jesús a Dios Padre. Les gustaba citar Juan 14:28, donde Jesús dijo, “Porque el Padre mayor es que yo”, y Mateo 24: 36, “Nadie sabe . . . Ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.” En respuesta a los Arrianos, los teólogos de Alejandría sostuvieron que tales pasajes se podían aplicar correctamente al Hijo de Dios en su encarnación. Los teólogos de Antioquía tomaron una ruta diferente, diciendo que tales pasajes se referían no la divinidad de Jesús, sino a su humanidad. Esto puede parecer dividir puntos semánticos; pero nuestros amigos en Antioquía y Alejandría pensaban que esto era un gran problema y una gran diferencia. En realidad, ambos enfoques proporcionan una defensa de la teología de Nicea, una refutación del Arrianismo, y un enfoque para interpretar los Evangelios.

Aquí es donde tengo que simplificar para no entrar en las minucias de teólogos con demasiados pergaminos, tinta y tiempo. En resumen, el enfoque Alejandrino reconocia a Jesús como Dios, pero su tendencia era en disminuir su humanidad. El enfoque Antioquia captaba de inmediato la humanidad de Jesús, pero tenia un tiempo difícil en explicar cómo las naturalezas humanas y divinas se relacionaban entre sí.

Permítanme tratar de hacer esto más práctico; tal vez es algo que te ha pasado. ¿Alguna vez has estudiado cómo Jesús pudo ser tentado “en todo” como nosotros, como dice Hebreos 4:15, pero como Dios, para el era imposible pecar? Tal vez lo hemos escuchado así; ¿Fue Jesús REALMENTE tentado, cuando como Dios, NO PODIA pecar? Como hombre, él tenía el potencial de pecado. Pero como Dios, él no podía. ¿Entonces fue la experiencia de su humanidad auténtica? Si usted se puede relacionar con este dilema al plantear estas preguntas, puede darse una idea del desafío que los de Antioquia estaban enfrentado.

La diferencia entre Antioquía y Alejandría de cómo entender a Jesús fue el motivo por cual el arrianismo y el Credo de Nicea seguían siendo el centro de atención en la controversia Cristológica que domino el 4º y 5º siglo. Cada lado pensaba que el otro estaba vendiéndose al Arrianismo.

La batalla entre las dos iglesias llego a un punto máximo en el 5º siglo en la guerra que tomo lugar entre 2 hombres; el Obispo Cirilo de Alejandría y Obispo Nestóreo de Antioquía que fue nombrado Obispo de Constantinopla.

Pero ese es el tema de nuestro próximo episodio.

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22 Leo

22 Leo

Este episodio simplemente se llama “Leo

Han habido varios Obispos de la Iglesia en Roma, quienes han sido dirigentes capaces y bajo su liderazgo, han establecido a la Iglesia de Roma como la iglesia premier, si no de todo el mundo Cristiano, por lo menos en la parte Occidental del Imperio Romano que ahora estaba en declive. Se puede decir que para la mayoría de los obispos anteriores la persona no era tan importante como el oficio y el trabajo del Obispo. Los Obispos Calixto, Esteban, Dámaso, y Inocencio I todos añadieron considerable autoridad a la Sede Romana. Pero fue Leo Magno quien vio que el Obispo de Roma se convirtiera en lo que podríamos llamar el primer verdadero Papa. Fue con Leo que la idea del oficio del Papa se convirtiera en realidad.

Mientras que los anteriores Obispos de Roma habían sido ciertamente teológicamente astutos, como corresponde a su oficio, Leo puede ser clasificado como un teólogo de primer nivel, posiblemente el teólogo más grande de los que vinieron a tomar el oficio de el y durante un siglo y medio después. Él lucho en contra de los Maniqueos, Priscilianistas, y la herejía de Pelagio, y ganó fama duradera ayudando a terminar de codificar la doctrina ortodoxa de la persona de Cristo.

La vida temprana de Leo es un misterio. La principal fuente de información acerca de él proviene de sus cartas y no comienzan hasta el año 442 d.C., cuando ya era un adulto. Leo era muy probablemente un joven romano que se convirtió en un diácono, un legado bajo los Obispos Celestino I y Sixto III. Un legado es un mensajero especial, enviada por el obispo para llevar los mensajes a los gobernantes civiles. Veámoslo como → Embajador de la Iglesia al rey. Leo fue tan astuta en su tarea como representante de la Iglesia, que el emperador Valentiniano III lo envió en una misión especial para resolver una disputa en Galia entre un par generales que se estaban en desacuerdo. Este era un tiempo de grande disturbios en el norte debido a la amenaza de los bárbaros. Mientras que Leo estaba en su misión de mantener la paz, el Obispo Sixto murió y Leo fue elegido para tomar su lugar. Él sirvió durante los próximos 21 años.

Leo describe sus sentimientos sobre asumir su oficio en un sermón:

“Señor, yo oí tu voz que me llama, y yo tuve miedo: considere el trabajo que fue impuesto sobre mí y temblaba. Para qué proporción hay entre la carga que se me ha asignado y mi debilidad, esta posición y mi nada? Que es más importante de temer que exaltación sin mérito, el ejercicio de las funciones santísimas encomendadas a uno que está enterrado en el pecado? Oh, has puesto en mí esta pesada carga, sopórtalo conmigo, te suplico que seas mi guía y mi apoyo.”

Leo y el papado enfrentaron 2 inmensos problemas.

Primero: el surgimiento de herejías que amenazaban la integridad de la Iglesia; y → Segundo: la desintegración política del Imperio Romano del Occidente.

Leo ofreció 3 tácticas para lidiar con estas dificultades →

1) Acciones para proveer a la iglesia doctrina esencial con una clara posición ortodoxa;

2) Esfuerzos para unificar el gobierno de la iglesia bajo el papado soberano; y

3) Intentos de negociar la paz con los enemigos del Imperio.

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En el frente doctrinal, Leo refutó teológicamente las principales herejías de sus tiempos y utilizo el enjuiciamiento penal imperial y el destierro para deshacerse de los impenitentes herejes. El mas alto logro de Leo fue probablemente la formación y aceptación de un dogma o enseñanza Cristológica Ortodoxa.

Aunque en la batalla doctrinal el Arrianismo estaba en plena retirada, en el 5º siglo Leo luchó con lo que se llamaba Eutiquianismo. Vamos a entrar en ese tema más en profundidad en un próximo episodio pero por ahora permítanme decir que el Eutiquianismo fue una de las maneras que en el 4º y 5º siglo se intentaba comprender la naturaleza de Jesús. Él era Dios, hombre o ambos? Y si ambos, ¿cómo se relacionaban las e naturalezas? En el Eutiquianismo ellos decían que Jesús tenía dos naturalezas humana y divina, pero que la divina había dominado completamente a la humana, como una gota de vinagre es abrumado por el mar. Más tarde llegaría a ser conocido con la etiqueta que tal vez usted puede haber oído = el monofismo.

La manera en que Leo ataco esta aberrante enseñanza fue genial. En lugar de confiar en la represión de la doctrina, trajo a su principal defensor, Eustaquio, a Roma para tener largas discusiones y después de una minuciosa investigación y deliberación, publicó una carta escrita con cuidado, la cual es el famoso Tomo de Leo. En el establece una clara exposición de las 2 naturalezas en 1 persona de Cristo, la cual se convirtió en la base para el Concilio de Calcedonia del año 451 d.C. que estableció la formulación permanente de la doctrina Cristológica para la iglesia.

Solo esta hazaña marcaría a Leo como digno del honorifico “el grande” pero hizo algo más, mucho más. Rescató a la ciudad de Roma de la destrucción, no solo una vez, sino dos veces! Cuando Atila y sus Hunos, conocido como el “azote de dios”, destruyó la ciudad italiana de Aquilea en el año 452 d.C.  y todos sabían que Roma era la que seguía en la lista del destrucción del bárbaro. Leo con un par de compañeros, viajó hacia el norte, entró en el campamento hostil, y convenció a Atila de no destruir a la gran ciudad. Piensa en esto; una simple palabra del obispo logró lo que la una vez poderosa Roma no hacer y pudo convencer a los bárbaros que se fueran a casa.

A continuación, 3 años más tarde, cuando el Rey Vándalo Genserico estaba listo para hacer lo que Atila no había hecho, Leo fue capaz de obtener una promesa de los Vándalos de robar a la ciudad de su riquezas pero no quemarla o matar a la población. El saqueo duró dos semanas, pero cuando los saqueadores finalmente se fueron, la ciudad seguía en pie y todos sus ciudadanos, aunque un poco sacudidos aún estaban vivos; y eternamente agradecidos por la intervención de Leo.

Murió en el año 461 d.C., y fue enterrado en la Iglesia de San Pedro.

Las obras literarias de Leo constan de casi un centenar de sermones y más de 170 cartas. Su colección de sermones es la primera que tenemos de un Obispo Romano. Declaró que la predicación es un deber sagrado. Sus sermones eran cortos y sencillos.

Leo fue un hombre de extraordinaria actividad. Él tuvo una destacada participación en todos los asuntos de la Iglesia. Mientras que su vida privada se desconoce, no hay una sugerencia de nada que nos de motivos para pensar que no igual de puro en su motivación y moralidad. Su celo, tiempo y fuerza fueron todos dedicados a los intereses de la fe. Si Leo veía a la fe, principalmente a través del lente de la vida y la difusión de la Iglesia en Roma, deberíamos atribuirlo a su convicción de que Roma había sido escogida por Dios para ser la base principal de la Iglesia; su sede.

Como historiador de la Iglesia Philip Schaff dijo, Leo fue animado por una inquebrantable convicción de que Dios le había comisionado a él, como el sucesor de Pedro, el cuidado de toda la Iglesia. Él preveía todos los argumentos dogmáticos por los cual la primacía del papado se estableciera en el futuro. Leo hacia el argumento que la Roca sobre la cual estaba construida la Iglesia, citada por Jesús en Mateo 16, significaba que Pedro y su confesión de fe, puso la piedra angular de LA Fe. Leo alegó que, mientras Cristo era en el más alto sentido la Roca y la Fundación de la Iglesia, su autoridad se transmite principalmente a Pedro. A Pedro específicamente, Cristo le ha confiado las llaves del Reino Apostólico. Además, la oración de Jesús que Pedro se fortalezca de manera que el pueda fortalecer a otros estableció a Pedro con el rol como líder entre los apóstoles. Después de la resurrección de Jesús, igualmente vemos la afirmación de la llamada de Pedro a, “Apacentar mis ovejas”, Pedro el pastor y príncipe de la Iglesia entera, a través de quien ejerce su señorío universal de Cristo en la tierra.

Pero Leo fue más allá, dijo que la primacía de Pedro no se limitó a la era apostólica; enseñando que a los siguientes obispos de Roma, Pedro les paso la autoridad de Jesús que le había sido dada. Leo afirmó que solamente Roma podría servir como el centro de la Iglesia, porque era un centro religioso y político. Claro, Constantinopla era el centro político actual pero carecía de ascendencia espiritual de Roma. Alejandría y Antioquía eran religiosos, pero no en centros políticos. Solamente Roma proporcionaba suficiente peso político y espiritual para ser el centro de la manifestación terrenal del reino de Dios.

Mientras que Leo se enfocaba mucho en el lugar de Roma como premier entre las iglesias, él seguía siendo humilde. Esta humildad personal fue compensada por su determinación de que otros dieran honor a su posición como si el fuera un Pedro moderno. Cada año habia una celebración especial convocada para conmemorar su ascensión a la sede de Pedro. Él tomaba títulos confusos como “Siervo de los siervos de Dios”, “Vicario de Cristo”, e incluso “Dios en la tierra.”

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Por otro lado, si has leído mi biografía en el sitio de sanctorum.us, sabes que soy un pastor evangélico, de una iglesia sin denominación, seguidor de Jesús. Como he compartido en un podcast anterior, es interesante leer los comentarios de los oyentes que piensan que obviamente soy ⇒ Católico, Ortodoxo Oriental, Reformado, Pentecostés o algún otro sabores de la fe. Supongo que las personas confunden cual es mi punto de vista personal, porque lo que estoy tratando, aunque con a veces dificultades, es tratar el material en forma imparcial y justa. Por lo tanto, sospecho lo que esta sucediendo en la mente de un montón de oyentes ahora después de compartir sobre la gran apologética de Leo para la primacía de Pedro; y se están preguntando si no me he vuelto Católico!

Permítanme responder compartiendo esto . . .

Mientras que Leo hizo un buen caso para el Obispo de Roma es el sucesor espiritual de Pedro, ¿qué pasa con el hecho de que el mismo Pedro pasa sobre su primacía en silencio. En sus cartas del Nuevo Testamente el expresamente advertía contra establecer una jerarquía mientras que Leo usaba cada oportunidad para afirmar su autoridad. En Antioquía, cuando Pedro desempeñó el papel de hipócrita, el dócilmente tomo la corrección del apóstol Pablo. Leo, por otra parte, declaró que cualquier resistencia a su autoridad como un impío el orgullo y el camino seguro al infierno. Bajo Leo, la obediencia al Papa era una condición para la salvación. Afirmó que cualquier persona que no estaba en armonía con Roma y la veía como la cabeza del cuerpo, y el punto del cual todos los dones de gracia descendían, no estaba EN la Iglesia y, por tanto, no tomaba parte en la gracia o el cuerpo de Cristo.

Schaff escribió,

Este es la legítima pero aterradora lógica del principio papal, que limita el reino de Dios a las líneas estrechas de una organización en particular, y hace que el reinado espiritual y universal de Cristo sea dependiente a una forma temporal y un organismo humano.

Otro punto importante: Crucial a la idea de que el Obispo de Roma fue y es el heredero espiritual de la autoridad apostólica de Pedro es la suposición de que Peter fundo y dirigió a la iglesia en Roma. Simplemente no hay una pizca de evidencia para ello. Seguro, Pedro se dirigió a Roma, pero además de ser enterrado allí, no hay pruebas de que alguna vez funcionó como el líder de la iglesia. La suposición de que él debe haber sido, porque él era un apóstol, sería como si Billy Graham visitaba nuestra ciudad y asistió a nuestra iglesia durante unas pocas semanas, y empezáramos a decir que él ERA el pastor – y más tarde los pastores podrían reclamar que operaban en la autoridad y ministerio de Billy Graham.

En el desempeño de su idea de la posición del Papa, Leo muestra una astuta diplomacia y consistencia que caracteriza a algunos de los Papas de la Edad Media. Ciertamente, las circunstancias de los tiempos estaban en su favor. Esta fue la época de la caída del Imperio de Occidente. El Oriente estaba dividido por controversias doctrinales que veremos en un episodio posterior. África fue conquistada por los bárbaros. El Oeste estuvo sin liderazgo político, y no había fuertes líderes de la iglesia como de la estatura de Atanasio o de Jerónimo para liderar.

Leo tomó ventaja de los Vándalos Arrianos alborotando todo el norte de África, dando lugar a la palabra que conmemora su carrera – Vándalo, para escribirle los obispos de África con las palabras de su pastor y cuidador. Ansiosamente se pusieron bajo su autoridad en el año 443 d.C.. Desterró a los últimos  herejes Maniqueos y Pelágicos desde Italia. Luego en el año 444 d.C. Leo miro hacia el Este y comenzó a afirmar a los Obispos en puestos claves, invadiendo el territorio que había estado bajo la jurisdicción de Constantinopla, Alejandría y Antioquía. Pero Leo se reservo para si mismo el derecho de apelación por los obispos inferiores en casos importantes; las cosas que deberían ser decididas por el Papa según la revelación divina.

Vamos a aprender un poco más sobre el Papa Leo I, llamado Leo Magno en futuros episodios desde que él desempeñó un papel clave en la vida de la Iglesia en el 5º siglo.

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Ahora que nos acercamos al final de este episodio, quiero invitarles una vez mas de visitar la pagina web de sanctorum.us para obtener más información sobre el podcast, y de igual manera visitar la página de Facebook para darnos un “me gusta”. Hagan una búsqueda de la pagina de internet de Communio Sanctorum – Historia de la Iglesia Cristiana. Déjenos un comentario y déjenos saber donde viven. Ha sido divertido ver todos los lugares de donde vienen nuestros suscriptores. Hasta la próxima vez . .

21 El Nuevo Centro

21 El Nuevo Centro

El Titulo de este episodio es – “El Nuevo Centro.”

En 3 páginas del 3º Volumen de su monumental obra La Historia de la Iglesia Cristiana, el autor Philip Schaff hace un argumento convincente de por qué era inevitable que el Cristianismo llegaría a salir de las catacumbas Romanas y se uniría al Estado y reinar sobre los corazones y vidas de la gente del Imperio. Y aunque era inevitable, Schaff describe cómo esta misma fusión resultó en la corrupción de la Iglesia. Él escribió, “El Cristianizar al Estado era en gran medida lo que paganizo y secularizo a la Iglesia.”

Ya hemos visto cómo la Iglesia en Roma surgió para convertirse en la sede del Cristianismo Occidental. Tenemos que tomar un poco más de tiempo aquí en este período de la historia de la iglesia porque es una época decisiva para comprender la eventual la grieta que se produjo entre el Oriente y Occidente y lo que surgió en Europa después de esto, no sólo para la Iglesia, sino también para las naciones que surgieron allí.

La idea de que toda la Iglesia debería ser gobernada por el Papa Romano fue un proceso lento y esporádico. El título de “Papa” no fue tan importante para que surgiera le preeminencia del Obispo de Roma como líder de la Iglesia. Era básicamente un término afectuoso utilizado por muchos cristianos para su pastor y fue utilizado en un sentido más formal en Alejandría décadas antes que fuera usado por el Obispo Romano. No fue hasta el 6º siglo que la palabra “Papa” estaba reservada exclusivamente para el Obispo de Roma, mucho después de que él había tomado la primacía como el Sucesor de Pedro.

Es importante también hacer una distinción entre el honor que tenia la Iglesia en Roma y la autoridad suprema que su Obispo afirmó posteriormente. Hay abundantes pruebas del respeto que la comunidad Cristiana de Roma tenia en la Iglesia.

  • Roma, después de todo, era la capital del Imperio.
  • La iglesia no era la más grande y más rica. A mediados del 3ª siglo, tenia unos 30,000 miembros, atendidos por 150 sacerdotes, y daba apoyo a 1500 viudas y pobres.
  • Tenía un largo historial de ser Ortodoxa y generosa.

Por estas razones se consideraba como la Iglesia principal del Imperio del Occidente. Aunque no hay ninguna evidencia histórica sólida para apoyarlo, los Cristianos del 2º al 4º siglo creían que Pedro y Pablo habían fundado la iglesia en Roma. Se pensaba que cada Obispo de Roma había pasado su autoridad y su posición a su sucesor para que quien fuera el actual Papa, estaba sentado en la Sede Apostólica de Pedro.

Podemos ver por qué esto sería tan importante para la Iglesia, en un tiempo que los Gnósticos eran una amenaza para la fe. Ellos afirmaban poseer conocimientos secretos y tradiciones especiales que habían sido enviados por Jesús a los Apóstoles, y luego a ellos. En contraste a esta ficción, Roma podría actualmente nombrar a sus Obispos y recitar la conexión hasta los Apóstoles originales. Esta lista era memorizada por los jóvenes creyentes como lo son las capitales estatales por los estudiantes de hoy.

Mientras la iglesia en Roma siempre tenia el gran respeto de la mayoría de los creyentes, este honor no siempre se extendía a su Obispo. Hay mucha evidencia de los Padres de la Iglesia, como Ireneo y Cipriano que hubo grandes diferencias entre ellos por posiciones adoptadas por el Obispo de Roma. Hasta Constantino, no hay evidencia de que la Iglesia en general tomaba su dirección de Roma o de su Obispo como el pastor principal.

Es importante en este momento hablar acerca de los cambios que pasaron en la estructura de la iglesia durante el 3º y 4º siglo. Este cambio se produjo por 2 razones: Los Consejos y los Arzobispos.

El primer cambio que se desarrollo para traer una alteración en la forma en que las iglesias se desarrollaban fueron los Concilios de la Iglesia. Con el crecimiento de la iglesia y con mas congregaciones individuales desarrollándose en más lugares, los líderes de la Iglesia reconocieron la necesidad de coordinar sus esfuerzos y enseñanza. La aparición de herejes impulsó a los ancianos y pastores a reunirse para debatir cómo abordar el desafío de las falsas enseñanzas. Estos encuentros fueron en primer lugar informales e irregulares, llamados al azar por los dirigentes provinciales. No fue hasta el 3º siglo que comenzaron a reunirse anualmente en Consejos mas formales para compartir noticias y establecer políticas que se observarían en cada iglesia. Estos consejos provinciales resultaron tan útiles, en el 4º siglo varias provincias comenzaron a enviar a sus Obispos a grandes consejos regionales.

Cuando Constantino se convirtió en Emperador y las iglesias enfrentan grandes obstáculos, el llamado fue enviado a todos los Obispos a reunirse. La primera asamblea o Concilio Ecuménico se celebró en el año 314 en Arles, aunque sólo los líderes de la Iglesia Occidental fueron llamados. El primer verdadero Concilio de toda la Iglesia fue celebrado en Nicea no muy lejos de Constantinopla en el año 325 y trato con la amenaza del Arrianismo. Las conclusiones de estos Consejos Generales se convirtió en la norma para todas las iglesias.

El segundo desarrollo que ayudó a dar una nueva forma a la Iglesia fue la aparición de los Arzobispos. Durante los consejos provinciales y regionales, todos los obispos debían de ser iguales. Pero, en la práctica, algunos de los antiguos Obispos y los que tenían congregaciones más grandes, más viejas y más respetadas era dadas celebradas un mayor respeto. Además, en el desarrollo de la iglesia muchas veces primero se establecía en los centros urbanos y, después, llegaba a los alrededores en zonas rurales donde surgieron pequeñas iglesias, que por lo general eran dirigidas por pastores enviados por el pastor del centro urbano más cercano. Era natural que estos pastores rurales miraran a la iglesia que los había enviado como su hogar espiritual y el pastor que los envío como su líder espiritual. En otras palabras, los obispos rurales veían a sus obispos urbanos como Arzobispos. Éste al mismo tiempo podía mirar a algún otro Obispo de una aún mayor ciudad cercana como Roma, Alejandría, Antioquía, Constantinopla como su supervisor espiritual. Así, mientras que todos los obispos eran teóricamente iguales, en la práctica estaban relacionados entre sí de una manera jerárquica basada en el tamaño y la importancia de la iglesia y de la ciudad, donde el obispo servía.

Usted puede hacia dónde vamos o no? → Con loa concilios de la iglesia a los cuales asistieron los Arzobispos junto con una iglesia que de repente tiene acceso al favor Imperial, con lo que terminamos es la proverbial caja de Pandora de intrigas políticas.

El traslado de la capital política del Imperio de Roma a Constantinopla en el año 330 d.C. desplazado el centro de gravedad política 900 millas al Este. Debido a su ubicación y la proximidad al poder político que se estaba volviendo cada vez más importante, de repente, Constantinopla fue agregada a la lista de Centros Cristianos Importantes. Y el Obispo de Constantinopla se convirtió en un jugador muy importante.

Cuando Teodosio se convirtió en Emperador en el año 379 d.C. el hizo al Cristianismo la religión oficial del estado, y la política de la Iglesia se trasladó a un nuevo nivel. Cientos de personas fingieron una conversión y entraron en la iglesia meramente para obtener ventajas políticas. Como hemos hablado en un episodio anterior, en Mayo del año 381, el Emperador Teodosio convocó un Consejero general en Constantinopla, pero sólo los Obispos Orientales fueron llamados a asistir. Dámaso, el Obispo de Roma no fue invitado. Teodosio quería cerrar el libro sobre el Arrianismo y por esa razón convocó al Consejo para aprobar y ratificar el Credo de Nicea. Los Obispos Orientales decidieron utilizar al Consejo para levantar su moneda política para también pasar la regla que el Obispo de Constantinopla era segundo al Obispo de Roma en términos de autoridad. Ellos se basaban en la idea que Constantinopla era la “nueva Roma”.

Dámaso reconoció esta jugada para lo que era, un juego de poder político. Él y los demás Obispos Occidentales respondieron con su propio Consejo celebrado un año más tarde donde abogaron que la importancia de Roma no era debido a su proximidad a la capital, pero por su histórica conexión a Pedro y Pablo. Fue a partir de este Consejo en Roma en el año 382, donde la Iglesia primero afirmó la “Primacía de la Iglesia Romana” sobre la base donde Jesús supuestamente dice que él construiría su Iglesia sobre Pedro.

Era evidente por el final del 4º siglo que las iglesia del Oriente y Occidente se dirigían en direcciones distintas.

La Iglesia oriental con su centro en Constantinopla se convirtió cada vez más vinculada a la potencia Imperial. En el Oeste las cosas eran radicalmente diferentes. El poder imperial y presencia estaba disminuyendo. La iglesia no solo estaba desatándose de las estructuras políticas, porque mientras esas estructuras se disolvían, la Iglesia se volvía cada vez el centro de autoridad y gobierno en los ojos de la gente común.

Después de Dámaso, el Obispo Romano más responsable de la aparición del oficio de Papa fue Leo Magno. Leo fue un noble y político que fue elegido como Obispo de Roma cuando Sextus III murió en el año 440 d.C. Los 21 años de Leo como Papa vio a Roma pasar sus años más tumultuosos. El afirmo practicas ya establecidas para apoyar su primacia sobre toda la Iglesia.

Ok. Este es el punto donde les tengo que decir que nos vamos a desviar de nuestro curso habitual y descartar algunas cosas que pueden molestar a nuestros amigos Católicos. Pero este es un período de la historia de la Iglesia que habla específicamente sobre la cuestión de la primacía del papado. Confía en mí, cuando lleguemos mas adelante en la historia de la iglesia, tendremos un montón de cosas difíciles para mirar con respecto a los protestantes.

Leo y su enfoque sobre la primacía del Papa y que el era EL sucesor espiritual de Pedro como líder de la iglesia, se basa en gran medida en Mateo 16, donde Jesús le dijo a Pedro que el construiría su Iglesia sobre la roca, parece ir en contra de la enseñanza clara de Jesús sobre la Iglesia en donde no debemos seguir los patrones del mundo del poder y del gobierno. Los lideres están para servir. Como Bruce Shelley señala en su maravilloso libro Historia de la Iglesia en Lenguaje Claro, la primacia de Pedro como líder de la iglesia es difícil sacar de Mateo 16, cuando en sólo unos pocos versículos más adelante Jesús reprende a Pedro, llamándolo “Satanás.” Peter negó al Señor en su juicio e incluso después del llenado del Espíritu Santo se registra en Hechos 2, que el apóstol Pablo lo reprende por ser un mal ejemplo.

Otra razón para cuestionar la primacía de Pedro y la sucesión apostólica de los Papas es al preguntar, donde en la Biblia comisiona Jesús a Pedro como Obispo de Roma? Aunque ciertamente Pedro fue a Roma, no hay nada que sugiera que él fue el jefe de la iglesia en Roma. Sabemos que fue martirizado y enterrado, pero eso es muy lejano de llevarnos a decir que fue el Obispo Romano.

Desde una simple perspectiva histórica, hasta el tiempo de Dámaso y Leo, mientras que el obispo de Roma fue, sin duda, considerado como UN gran líder, no fue considerado como EL líder de la Iglesia entera. La evidencia es muy fuerte que Dámaso al igual que Leo eran lo suficientemente astutos para ver que con la aceptación del Cristianismo al Imperio habría ciertos lugares que tomarían una gran importancia. Esos lugares fueron Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Roma. Roma era la única ciudad en el Oeste, las otras 3 estaban en el Este. Y con el centro político ahora igualmente en el Este, Roma sabía que enfrentaba una amenaza muy real de convertirse en irrelevante, como ya le había pasado a la Iglesia de Jerusalén. Así que los obispos de Roma jugaron su carta especial; ellos eran la única iglesia donde los nombres de Pedro y Pablo tenían alguna conexión histórica.

En nuestro próximo episodio, veremos cómo Leo el Grande ayudó a cimentar a Roma como centro de la Fe.

20 Lengua de Oro

20 Lengua de Oro

El titulo de este episodio es “Lengua de Oro

Su predicación era tan buena, que lo llamaron Boca de Oro.

Juan Crisóstomo fue criado por una madre viuda en la ciudad de Antioquía. Durante la segunda mitad del 4º siglo, Antioquía era una ciudad muy importante del Imperio Romano Oriental y un centro importante del pensamiento cristiano y la vida. Procedente de una familia acomodada, la joven madre de Juan decidió quedarse viuda y dedicarse a la educación de su hijo. Ella contrató a un tutor llamado Libanius, amigo íntimo del Emperador Juliano el Apóstata. Libanius inculcó en Juan un amor de los clásicos Griegos y una pasión por la retórica que sentó las bases para su vida adulta.

Empezó su carrera como abogado, pero cuando escuchó el Evangelio, se convirtió en un creyente y fue bautizado en el año 368. Su celo lo llevó a seguir lo que en ese tiempo se consideraba el ejemplo mas cercano de lo que significa seguir a Jesús, se convirtió en un monje. Pero la privación de la vida ascética arruinó su salud. En 380, salió de su cueva para reincorporarse a la vida en su ciudad natal de Antioquía. Seis años más tarde, el Obispo Juan lo ordeno sacerdote y comenzó una notable carrera de predicador.

Durante este tiempo, él escribió Sobre el Sacerdocio, una justificación de su demora en entrar al sacerdocio, que también era una mirada madura a los peligros y posibilidades del ministerio. Él escribió, “no sé si alguien ha conseguido el no disfrutar de ser alabado. Y si él lo disfruta, naturalmente quiere recibirlo. Y si quiere recibirlo, él no puede dejar de ser angustiado y desesperado por perder esa alabanza.”

Fue en Antioquía que la predicación de Juan Crisóstomo se comenzó a notar, sobre todo después de lo que ha sido llamado “El Asunto de las Estatuas.”

En la primavera del año 388, una rebelión estalló en Antioquía sobre el anuncio de un aumento de impuestos. A modo de protesta, las estatuas del Emperador y su familia fueron profanadas. Funcionarios Imperiales respondieron castigando a los líderes de la ciudad, donde fueron tan lejos como matar a algunos. El Arzobispo Flavio fue apresuradamente unos 800 kilómetros a la capital en Constantinopla, para rogar al Emperador por clemencia.

En ausencia del Arzobispo, Juan predicó a la atemorizada ciudad: “Deben mejorarse vosotros ahora verdaderamente, no como cuando durante uno de los numerosos terremotos o en el hambre o la sequía o en visitas similares que abandonaron su pecando durante 3 ó 4 días y luego comenzaron la vida antigua otra vez.” Cuando Flavio regresó 8 semanas después con la buena noticia de la gracia del Emperador, la reputación de Juan había aumentado de gran manera.

A partir de entonces, él estaba en demanda como predicador. Predicó a través de muchos libros de la Biblia, aunque tenía sus favoritos. “Me gustan todos los santos”, dijo, “pero Pablo mas que todos – ese vaso de elección, es la trompeta del cielo.” En sus sermones, denunció el aborto, la prostitución, la gula, el teatro y el juramento. Sobre el amor de las carreras de caballos, se quejó, “Mis sermones son aplaudidos meramente de costumbre, entonces todo el mundo corre a las carreras de nuevo y da mucho más aplausos para los jinetes, mostrando efectivamente una pasión desenfrenada por ellos! Allí pusieron toda su enfoque con gran atención, y decían con una rivalidad mutua, “Este caballo no funcionó bien, este tropezó’, y uno le gusta este jinete y otro a ese otro. Nadie piensa más de mis sermones, ni del santo misterio y asombroso que se realizan allí”.

Con su gran cabeza calva, sus ojos profundamente arraigados, y las mejillas hundidas, les recordaba a la gente de Eliseo el profeta. A pesar que sus sermones, duraban entre 30 minutos y 2 horas, siempre fueron bien atendidos, pero a veces se volvía desalentado: “Mi trabajo es como el de un hombre que intenta limpiar un trozo de tierra en el que un arroyo fangoso fluye constantemente.”

La predicación y la enseñanza ha sido siempre el centro de la labor de un sacerdote, pero bajo Juan, cobró un nuevo significado. Sus mensajes fueron marcadamente diferentes de la mezcla alegórica común en ese momento. Los sermones de Juan eran al punto, literales, con interpretaciones y aplicaciones de las Escrituras. Más de 600 de sus mensajes han llegado hasta nosotros, de modo que podemos sentir la fuerza de su elocuencia, que le termino dando el apodo de “Crisóstomo o boca de oro.” Aunque él era bajo de estatura, la calidad de su voz era notable. Él podía ser escuchado claramente por grandes multitudes.

A principios del año 398, Juan fue capturado por soldados y trasladado a la capital, donde fue consagrada por fuerza como Obispo de Constantinopla. Su secuestro fue organizado por un funcionario del gobierno, quien quería adornar a la iglesia de la capital con el mejor orador del Cristianismo. En lugar de rebelarse contra la injusticia, Juan lo aceptó como la providencia de Dios.

Pero en lugar de suavizar sus palabras para su nueva y más prestigiosa audiencia, muchos de ellos de la casa Imperial y la corte, Juan siguió los mismos temas que había predicado en Antioquía. Él criticó los abusos de poder y riqueza. Su propio estilo de vida se convirtió en un escándalo porque se negó seguir la decadencia que los ricos e influyentes y los regales que ellos le daban. En lugar él vivió una vida ascética, y utilizó su considerable presupuesto familiar para el cuidado de los pobres, y construir hospitales.

Él continuó predicando contra los grandes pecados públicos. En un sermón en contra del teatro, él dijo, “mucho después de que el teatro este cerrado y todo el mundo se halla ido a sus casas, esas imágenes (y aquí él hablaba de la desnudez de los actores y actrices] aún flotan ante su alma, sus palabras, su conducta, sus miradas, sus paseos, sus posiciones, su excitación, sus extremidades sin castidad.… y allí dentro de ti el pecado enciende el horno Babilónico en el que la paz de su hogar, la pureza de su corazón, la felicidad de su matrimonio será quemado!”.

Ayudando a Juan a enfrentar este desafío público en contra del exceso Imperial hubo una popular y rica mujer llamada Olympias. Olympias quedó viuda después de sólo 2 años de matrimonio a uno de los hombres más ricos del Imperio. Ella igual procedía de una familia acomodada y con sólo 25 años de edad, era una de las personas más ricas del mundo. Pensando que una mujer no sabía cómo manejar todo ese dinero y el poder que traia, y que seguramente acabaría siendo utilizada por sus enemigos en contra de él, el Emperador Arcadio le ordenó casarse con su primo. Ella se rehusó! Ella decidió utilizar su riqueza para ayudar a los pobres y necesitados de Constantinopla. Ella fundó un convento que albergaba a 200 mujeres dedicadas al cuidado de los enfermos y de los pobres. Ella comenzó un orfanato y hospital.

Olympias y John iniciaron una profunda amistad que no era romántica y se animaban mutuamente al tomar juntos una solitaria y peligrosa postura oponiéndose al abuso imperial de poder. La resistencia de Juan a los excesos de la Emperatriz Eudoxia la perturbaron tanto que convenció a su marido de desterrar a Juan en el año 403 d.C. Grandes disturbios por parte de la gente causo su inmediato regreso. Lo que provocaba a Juan era la pretensión de Eudoxia de ser una cristiana y, sin embargo, la insistencia que tenia en hacer cosas indignas de un seguidor de Cristo. Como Emperatriz, ella fijaba el estándar o ejemplo para el resto de la corte real a seguir. Cuando ella puso una estatua de plata de ella cerca de la iglesia, Juan hizo muy clara su resistencia. Esto la impulsó a exigir, una vez más, su exilio. Cuando salió la noticia, hubo manifestantes que quemaron varios edificios. Los enemigos de Juan culparon a Olympias de organizar el disturbio y ella también fue enviada al exilio.

Algunos historiadores asignan a Juan una terrible falta de tacto en el trato con los ricos y poderosos de Constantinopla; especialmente con el Emperador y su esposa. Podríamos llamarlo una falta de tacto, o simplemente un valor inquebrantable de decir la verdad al poder; a los dirigentes que afirman ser seguidores de Cristo pero cuyo estilo de vida mostraba poca evidencia de ello.

Juan Crisóstomo era un hombre en una encrucijada. Él estaba especialmente dotado como predicador y profesor muy estimado por la gente común. Era Obispo de la ciudad más políticamente influyente del Imperio Romano, por lo que su potencial para influir sobre el área política era inmenso. Fue un gran líder de la iglesia, en el momento de la historia cuando la Iglesia y el Estado estaban unidos y muchos de los líderes de la iglesia estaban empezando a flexionar sus músculos políticos. Pero al hacerlo, ellos estaban perdiendo su autoridad espiritual. Ellos no sólo tomaron el acceso al área civil, se vistieron de todos los exesos del poder mundano en su vestimenta, dieta, y domicilio.

John fuertemente resistió esa corrupción mundana del clero. Él comprendia que la Iglesia tenia el deber de presentarse como un testimonio profético PARA el mundo, PARA el ámbito civil, PERO no convertirse en su socio. Mientras que la gente común lo amaba, sus compañeros del clero y los ricos de Constantinopla se sintieron ofendidos por él.

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En un episodio anterior observamos cómo la iglesia primitiva se desarrolló alrededor de 4 centros; Jerusalén, Antioquía, Cartago y Roma. Para el 4º siglo, Jerusalén y Cartago habían perdido importancia, pero Alejandría y Constantinopla tomaron su lugar. Junto con esto se desarrolló una larga rivalidad entre Antioquía y Alejandría que duró unos pocos siglos. Hay numerosas razones por esto, pero la mayoría tenia que ver con el prestigio de su posición; es decir, cual de las dos iglesias podía jactarse de tener los lideres más amados y influyentes.

Antioquía era la iglesia de Bernabé y Pablo. Había sido instrumental en el crecimiento inicial de la Iglesia al enviar misioneros al Norte, Oeste y Este. Muchas de las Iglesias de Oriente debían su existencia a Antioquía por su fidelidad en la plantación de nuevas obras. Pero Alejandría había sido el centro de enseñanza clásica durante generaciones. Quien no había oído hablar de la famosa Biblioteca de Alejandría? Sus escuelas eran de renombre mundial. La iglesia tenia luminares como Clemente, Atanasio, Orígenes y todos provenían de Alejandría.

Al centro de la rivalidad entre las dos iglesias fueron sus métodos diferentes de interpretar las Escrituras. Nos acordamos de Orígenes que había desarrollado un método altamente alegóricas de estudiar y enseñar la Biblia. La iglesia de Alejandría adoptó esta metodología y la había seguido por generaciones. Antioquía, por otro lado, se enfocaba en leer y entender la Biblia literalmente. La rivalidad entre Alejandría y Antioquía se volvió tan amarga que hubo tiempos que llego hasta el derramamiento de sangre, como veremos más adelante.

Por ahora, sólo es importante saber que el Arzobispo de Alejandría, Teófilo, estaba celoso del llamado de Juan de Antioquía a ser el Obispo de la Capital. Cuando escuchó que Juan estaba haciendo un montón de enemigos entre los ricos y poderosos, se propuso a llamar a un consejo de la iglesia en una ciudad cercana, y empezó a inventar acusaciones de herejía para que Juan fuera exiliado. Juan fue enviado al exilio por la emperatriz Eudoxia y el Emperador Arcadio.

Mientras Juan era transportado a través de las llanuras de Asia Menor en el calor del verano, su salud comenzó a fallar. A la orilla oriental del Mar Negro, a los bordes del Imperio, su cuerpo ya no pudo mas y murió.

34 años más tarde, después de que todos los enemigos de Juan habían muerto, sus reliquias fueron traídas en triunfo a la capital. El emperador Teodosio II, hijo de Arcadio y Eudoxia, públicamente pidió perdón por los pecados de sus padres.

John fue posteriormente dado el título de “Doctor de la Iglesia”, por el valor de sus escritos. Junto con san Basilio el Grande,  Gregorio Nacianceno y Atanasio, él es considerado uno de los más grandes de los primeros Padres de la Iglesia Oriental.

19-Jerónimo

19-Jerónimo

Este episodio se titula, “Jerónimo.

A sus 30 años, Jerónimo fue probablemente el mayor erudito Cristiano de su tiempo. És una de las mas grandes figuras en la historia en la traducción de la Biblia, pasandose 3 décadas produciendo la versión latina que sería la norma durante mil años. Pero Jerónimo no era un intelectual perdido en las nubes. Anhelaba la vida de los Ermitaños que consideramos en el episodio anterior y que a menudo exhibía una disposición amargada que trataba a los que se le oponían con sarcasmo profundo y brutales insultos.

Su nombre en latín era, EUSEBIUS SOPHRONIUS HIERONYMUS y nació en el año 345 d.C. de padres Cristianos ricos o en Aquilea en el NE de Italia o al otro lado del Adriático en Dalmacia.

A los 15 años, Jerónimo y un amigo se fueron a Roma para estudiar Retórica y Filosofía. Como muchos alumnos de hoy en día, siguió el camino inmoral de sus compañeros. Pero después de todo su libertinaje caía en periodos de intenso auto-desprecio. Para calmar su conciencia, visitaba las tumbas de los mártires y de los santos en Roma en las extensas catacumbas. Jerónimo dijo más tarde que la oscuridad y el terror que encontró allí le parecía una advertencia adecuada del infierno al cual sabía que su alma estaba destinada.

Esta conciencia sensible es interesante a la luz de su escepticismo inicial sobre el Cristianismo. Ese escepticismo comenzó a derretirse cuando él comprendió que lo que estaba experimentando era la convicción del Espíritu Santo. Su mente no pudo ganarle a su corazón y finalmente se convirtió. A los 19 años, fue bautizado.

Luego se trasladó a Trier en Galia, donde empezó estudios teológicos y comenzó a trabajar haciendo copias de comentarios y obras doctrinales para clientes adinerados. Jerónimo luego regresó a Aquilea, donde se estableció en la comunidad de la iglesia y hizo muchas amistades. Varios de estos lo acompañaron cuando empezó un viaje a través de Tracia y Asia menor hasta el norte de Siria. En Antioquia, dos de sus compañeros murieron y él cayó gravemente enfermo. Durante esta enfermedad, él tuvo una visión que lo llevó a dejar a un lado sus estudios de las obras clásicas y dedicarse a Dios. Se sumió en un profundo estudio de la Biblia, bajo la orientación de un líder de la iglesia de Antioquía llamado Apolinares. Este Apolinar posteriormente fue etiquetado como un hereje por sus opiniones poco ortodoxas sobre Cristo. Fue uno de varios que en estos momentos estaba tratando de averiguar cómo entender y expresar la naturaleza de Jesús; era Dios, hombre o ambos? Y si ambos, ¿cómo podíamos entender estas dos naturalezas que operaban dentro de Una en Jesús? Apolinar decía que Jesús tuvo un cuerpo y alma humana, pero que su mente fue divina. Este punto de vista, llamado Apolinarianismo creativamente, fue declarado herético en el Concilio de Constantinopla en el año 381, aunque en la iglesia ya la había rechazado como una opinión viable de cómo ver a Cristo en el año 362 d.C. en un sínodo en Alejandría, presidido por nuestro amigo Atanasio.

 

Mientras que estuvo en Antioquía y como secuela de su enfermedad y la pérdida de sus amigos, Jerónimo fue tomado por un deseo de vivir una vida ascética como ermitaño. Él se retiró al desierto al Sureste de Antioquía, ya bien poblada por compañeros ermitaños. Jerónimo pasó su aislamiento con más estudios y redactando comentarios. Él comenzó a aprender Hebreo bajo la tutela de un Judío convertido, y mantuvo correspondencia con los Judíos cristianos de Antioquía. Obtuvo una copia de los Evangelios en Hebreo, fragmentos de los cuales se conservan en sus notas. Jerónimo tradujo partes de estas al griego.

Regresando a Antioquía en el 379, fue ordenado por Paulino, quien nos acordamos fue el obispo de la congregación pro-Nicea allí. El era el Obispo y líder de la iglesia apoyada por Roma, después que la iglesia de Antioquía Arriana fue tomada por el Obispo pro-Nicea llamado Meletius. En lugar de las 2 iglesias fusionándose porque ya no había causa de división, se convirtieron en frentes políticos en la batalla por supremacía entre Roma y Constantinopla.

Reconociendo la habilidad de Jerónimo como erudito, Paulino se apresuro a ordenar a Jerónimo como sacerdote, pero el monje sólo acepto con la condición de que él nunca tendría que llevar a cabo las funciones sacerdotales. Otra vez, Jerónimo hundió en sus estudios, especialmente en las Escrituras. Asistió a conferencias, examinó los papiros, y entrevistó a profesores y teólogos.

Se trasladó a Constantinopla para proseguir el estudio de las Escrituras bajo Gregorio de Nacianceno. Pasó 2 años allí,  y luego Paulino le pidió que regresara a Antioquía para acompañarlo a Roma para tratar la cuestión sobre quién era el legítimo Obispo de Antioquía. Paulino sabía que Jerónimo seria un poderoso aliado para su posición. De hecho lo hizo, y el papa Dámaso I quedó tan impresionado con Jerónimo, que lo convenció de quedarse en Roma. Por los próximos 3 años, Jerónimo se convirtió en una celebridad en Roma. Él tuvo un lugar destacado en la mayoría de los consejos del Papa. En un punto, su influencia sobre el papa era tan grande que él tuvo la audacia de decir, “Dámaso es mi boca”.

Él inició una revisión de la Biblia Latina basada en los manuscritos griegos del Nuevo Testamento. También actualizo el libro de los Salmos que hasta ese momento se basaban en la Septuaginta, una traducción Griega del Hebreo.

En Roma, fue rodeado por un círculo de mujeres adineradas y educadas, incluyendo algunas de las más nobles familias aristócratas. Ellos fueron movidos por el ascetismo de Jerónimo y empezaron a imitar su ejemplo de rechazar la indulgencia mundana. Esto no lo hizo popular con el clero secular de Roma que se gozaba con la atención de esas mujeres preciosas, ricas y disponibles. Pero la afrenta de Jerónimo a quitarles su diversión no acabo allí. El ofendía su búsqueda de placer y caminos amorosos con su lengua afilada y duras críticas. Como un historiador explica, “el detestaba a la mayoría de los Romanos y no se disculpaba por detestarlos.” Se burlaba de la falta de caridad, la ignorancia y, por añadidura, de la vanidad del clero secular. Los hombres del tiempo eran excesivamente aficionado a las barbas, así que Jerónimo decía, “Si hay cualquier santidad en una barba, nadie está más santos que una cabra!”

Poco después de la muerte de su patrón, el papa Dámaso en Diciembre del 384 d.C., Jerónimo se vio obligado a abandonar Roma, tras una investigación trajo que alegaba que él había tenido una relación inapropiada con una viuda rica llamada Paula.

 

Este no fue el único cargo en contra de él. Más grave fue la muerte de una mujer joven que había tratado de seguir su estilo de vida ascética, debido a la mala salud causada por los rigores que el exigió que siguiera. Todo el mundo podía ver cómo su salud disminuía durante los 4 meses que ella siguió a Jerónimo. La mayoría de los Romanos, estaban indignados por causar la muerte prematura de una animada y adorable joven, y en la insistencia de Jerónimo a su madre que no debía llorar por la muerte de su hija. Cuando criticó su dolor como excesivo, los Romanos decían que no tenia corazón.

Así que en agosto de 385 d.C., dejó Roma para no regresar y regresó a Antioquía, acompañado por su hermano, varios amigos, y seguido un poco después por la viuda Paula y su hija. Los peregrinos, acompañados por el obispo Paulino de Antioquía, visitaron Jerusalén, Belén y Galilea, y luego fueron a Egipto, el hogar de los más grandes héroes de la vida ascética.

En el verano de 388 regresó a Israel. Un estudiante rico de Jerónimo fundó un monasterio en Belén para que él lo administrara. Este monasterio incluyó 3 claustros para las mujeres y un albergue para los peregrinos.

Fue allí que pasó sus últimos 34 años. Él terminó su mayor contribución, iniciada en el año 382 d.C. por la instrucción del Papa Dámaso: una traducción de la Biblia al Latín.

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El problema no era que no había una Biblia en Latín; ¡el problema era que había demasiadas! Éstas variaban ampliamente en su exactitud y veracidad. Dámaso le había dicho, “Si vamos a depositar nuestra confianza en los textos latinos, es para nuestros adversarios decirnos cual, porque hay tantas variedades como existen copias. Si, por el contrario, buscamos encontrar la verdad de una comparación de muchas, ¿por qué no mejor volver al original griego y corregir los errores introducidos por traductores inexactos, y por las torpezas de alteraciones por críticos ignorantes, y, además, todo lo que se ha insertado o cambiado por copistas más dormidos que despiertos?”

En primer lugar, Jerónimo trabajó a partir de la Septuaginta, la traducción griega del Antiguo Testamento. Pero luego estableció un precedente para posteriores traductores: el Antiguo Testamento tenía que ser traducido del original Hebreo. En su búsqueda de precisión, aprendió hebreo y consultó a rabinos judíos y eruditos.

Una de las mayores diferencias que vio entre la Septuaginta y el original Hebreo era que los judíos no incluyen los libros ahora conocidos como los Libros Apócrifos en el canon de las Sagradas Escrituras. Aunque se sintió obligado a incluirlos, Jerónimo dejó en claro que aun si bien podrían ser considerados “libros” de la iglesia, no eran libros canónicos inspirados.

Después de 23 años, Jerónimo completó su traducción, que los cristianos utilizaron por más de 1000 años, y en 1546 el concilio de Trento declaró que era el único auténtico texto latino de las Escrituras.

Lo que ha marcado esta Biblia como única, fue el use del lenguaje de la vida cotidiana, Jerónimo del uso de la vida cotidiana o de la calle de sus tiempos, en lugar del lenguaje arcaico clásico de los eruditos latinos. Los académicos y el clero la desacreditaron como vulgar, pero se hizo muy popular. La Vulgata Latina, como fue llamada, se convirtió en la Biblia principal de la Iglesia Romana por el próximo milenio.

La traducción de Jerónimo fue tan venerada que hasta la reforma, los eruditos traductores solo trabajaban en base a la Vulgata. Serían otros mil años hasta que traductores trabajaran directamente de los manuscritos griegos del NT. La Vulgata Latina aseguro que el Latín, en lugar de Griego, sería el lenguaje de la Iglesia Occidental. El resultado de igual manera fue que siglos más tarde hubiera una liturgia y Biblia que los laicos ya no podrían entender, y que esto precisamente era lo contrario de la intención original de Jerónimo. También es la razón por la que muchos nombres científicos y términos proceden del Latín, más que el griego, que era el idioma de los eruditos hasta la aparición de la Vulgata.

La Biblia latina no fue la única obra en la cual Jerónimo trabajó mientras que estaba en Belén. Él también produjo varios comentarios, un catálogo de autores cristianos, y una respuesta al desafío del Pelagianismo, una enseñanza aberrante que veremos en un futuro episodio. A este periodo también pertenecen la mayoría de las polémicas de Jerónimo, sus denuncias de las obras y gente que Jerónimo consideraba peligrosa. Igual produjo un escrito sobre la amenaza de algunos de los errores de Orígenes. Denunció al Obispo Juan de Jerusalén y a otros, incluyendo algunos de sus amigos.

Algunos de los escritos de Jerónimo contienen opiniones provocadoras sobre cuestiones morales. Cuando digo provocadora, estoy siendo generoso; eran, en el mejor de los casos aberrantes y al borde de ser heréticos. Todo esto surgió de su ascetismo extremo. Mientras que el Monasticismo que el seguía le permitida producir un enorme volumen de trabajo, su enfoque apasionado de la estricta disciplina fue nada mas que un extremismo legalista. El insistía en la abstinencia de una dieta normal, el empleo, e incluso el sexo matrimonial. Sus posiciones son tan extremas en este sentido, que incluso otros ascetas le llamaban radical.

Por lo que sabemos, ninguna de las obras de Jerónimo se perdieron en el curso de los siglos. Hay unos manuscritos medievales que marcan el inicio de su labor en la traducción de la Biblia. Varias colecciones existentes del siglo 16 son las primeras copias de sus escritos. A través de los años, Jerónimo ha sido un tema favorito de los artistas, especialmente pintores del Renacimiento Italiano.

Murió en Belén a finales de Septiembre de 420 d.C..

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